El
concepto de libertad ha sufrido varias mutaciones en sus interpretaciones. Una
rápida recorrida por las propuestas de definición nos pondrá frente a un amplio
cuadro dentro del cual se ha debatido en los últimos tres siglos. Por ejemplo,
la Real Academia nos dice:
El liberalismo es una
corriente filosófica, económica y política que promueve las libertades civiles
y se opone a cualquier forma de despotismo. Constituye la corriente en la que
se fundamentan tanto el Estado de derecho, como la democracia representativa y
la división de poderes.
En
esta definición se puede percibir el resabio de las luchas contra los Estados
despóticos, propios de las monarquías anteriores al siglo XVIII, de allí su
énfasis en la dualidad despotismo vs. democracia representativa. En la
siguiente aparece un rasgo jurídico que
resalta la libertad civil:
Se trata de un
sistema filosófico y político que promueve las libertades civiles y que se
opone al despotismo. La democracia representativa y los principios republicanos
se basan en las doctrinas liberales.
Debemos
tener en cuenta que al mencionar el liberalismo no debe pasar desapercibido que
no es una corriente de pensamiento uniforme, que dentro de ella es posible
distinguir distintos tipos de liberalismo. El liberalismo político es el que
predominaba hasta principios del siglo XX época en la que comenzó a hablarse de
liberalismo económico hasta la crisis de
1929. Reapareció con fuerza en los comienzos de los setenta, etapa en la cual
adquirió el prefijo neo intentando
borrar la memoria de los terribles años treinta. Este neoliberalismo adquirió
un poder global con la firma del Consenso de Washington a fines de los ochenta.
Esta versión es la más difundida en las últimas décadas sobre todo por las grandes corporaciones y los grupos
económicos más fuertes. Su ideario central sostiene limitar la intromisión
estatal en las relaciones comerciales, promulgando la reducción de los
impuestos y eliminando las regulaciones.
Esta
introducción tiene por objeto comprender el marco ideológico imperante que da
sustento a los debates que hemos venido analizando. La mención reciente de las grandes corporaciones debe permitirnos
pensar en la actitud de los laboratorios como parte integrante y muy gravitante
de este juego de guerra del capitalismo global actual. Además, la aparente
solidez argumental que parece defender las posiciones de estas grandes empresas
está sustentada en las doctrinas que se enseñan en gran parte de las
universidades, por lo menos del mundo occidental.
El
investigador Hinkes-Jones, al que vengo siguiendo en estas notas, no expresa
taxativamente este entramado ideológico en el que se desarrollan todos estos
debates, pero lo supone. Así se puede entender por qué defiende la no
exclusividad de las licencias dado que abren las investigaciones a un número
mayor de participantes lo cual democratiza el negocio, impidiendo la
monopolización de las patentes:
La no exclusividad de
las licencias públicas protegía de hecho a la investigación académica de caer
en una “fiebre del oro” en busca de patentes. Al suprimir esta restricción, ha
abierto las compuertas a una avalancha de capitales privados deseosos de
hacerse con el monopolio sobre la investigación científica más avanzada. Ahora,
entidades privadas ayudan a financiar los centros académicos a cambio de la
prioridad en el proceso de “transferencia tecnológica”, es decir, de la cesión
en exclusiva de los resultados de la investigación financiada con dinero
público a empresas privadas. Los grandes conglomerados farmacéuticos, como
Merck y GlaxoSmithKline, financian colaboraciones con universidades privadas y
públicas en torno a proyectos de investigación sobre enfermedades actualmente
incurables, con la condición expresa de que esas compañías puedan explotar
cualquier descubrimiento futuro al amparo de una licencia exclusiva. Dichos
descubrimientos, tengan que ver o no con la finalidad original del
proyecto, se convierten entonces en
productos farmacéuticos de marca que se venden a precios desorbitados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario