Para aportar a
una fundamentación seria, que consolide el contenido de lo dicho en la nota
anterior, y evitar de este modo caer en
esa práctica tan difundida y tan perniciosa hoy como lo es el “opinologismo”
presente en los medios concentrados, en especial la televisión, voy a proponer
la lectura de citas de personalidades académicas, investigadores, profesores
universitarios, que no son palabra habitualmente publicada en los grandes
medios. Ellos nos ayudarán en este recorrido para comprender mejor el tema
propuesto.
Comenzando por
Pepe Escobar (1954), periodista de prestigio internacional cuyas
investigaciones lo han llevado a vivir en lugares tan dispares como Londres,
París, Milán, Los Ángeles, Washington, Bangkok y Hong Kong. Escribe
cotidianamente una columna para Asia Times Online, y trabaja como analista para
Russia Today y Tom Engelhardt's TomDispatch.com. Comentando las reuniones del
empresariado internacional dice:
Las sesiones ávidamente disputadas por
la constelación de egos son rutinariamente anunciadas por cencerros que
resuenan de un lado al otro del Centro de Congresos. Cada cencerro que resuene
hasta el sábado usará un tono que corresponde al tema de la reunión de 2014:
“La remodelación del mundo: consecuencias para la sociedad, la política y los
negocios”. Esa remodelación es propuesta por muchos de los que causaron (o se
beneficiaron de) la crisis financiera de 2007-2008.
¿A quiénes se
refiere este analista internacional? Nos lo responde el Director de Navegación e Ideas, consultora especializada
en desarrollo social y cultural. El sociólogo Doctor Juan Francisco Coloane,
con una Maestría en la Universidad de Gainesville, Florida, es actual
funcionario de Naciones Unidas:
El capital de las Corporaciones
Transnacionales conforma un sistema mundial de bienes y servicios que se
transan en procesos productivos fragmentados a través de un intenso comercio
internacional. El circuito de insumos y productos adquiere vida en redes y
franquicias manejadas por contratistas y los bienes y servicios que lo
componen, en su gran mayoría pertenece a consorcios privados. Todo ello existe
porque al nivel macro, el capital
corporativo transnacional además de ser el principal propietario del
circulante, diseña y controla el mundo. La implicancia consiste en que
cualquier modificación mayor de política económica doméstica y con mayor razón,
de política económica internacional, estará sujeta a ese flujo de capitales que
proviene de las Corporaciones Transnacionales, especialmente las privadas.
Los dueños de
ese enorme capital de miles de billones de dólares conforman una especie de
Club Privado de los ricos. El Doctor Paul Krugman (1957) premio Nobel de
Economía (2008); Profesor de Economía y Política Internacional en las
universidades de Yale, donde se graduó, de Princeton, de Stanford y del
prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), habla de ellos:
Lo primero que hay que decir es que
esperar que los ricos no hagan ostentación de su riqueza es, por supuesto, poco
realista. Si uno tiene la impresión de que en las décadas de 1950 y 1960 los
ricos eran más comedidos, pues es porque eran mucho menos ricos, tanto en
términos absolutos como relativos. La última vez que nuestra sociedad fue tan
desigual como lo es hoy, las mansiones gigantes y los yates eran igual de
ostentosos que ahora; por algo, Mark Twain llamó a aquella época la Edad
Dorada.
Y agrega más
adelante:
Aparte de eso, hay muchos ricos para los
que la gracia está precisamente en alardear. Vivir en una casa de 3.000 metros
cuadrados no es mucho más agradable que vivir en una de 500. Yo creo que hay
gente que de verdad puede apreciar una botella de vino de 350 dólares, pero la
mayoría de las personas que compran algo así no se darían cuenta si la
sustituyésemos por una botella de 20 dólares. Así que, en gran medida, se trata
de exhibirse, algo que, naturalmente, podría haber dicho el sociólogo y
economista Thorstein Veblen[1].
El premio Nobel
de Economía, Nouriel Roubini expuso en el 2º Congreso Internacional de
Responsabilidad Social (noviembre de 2014):
Si se agudizan las diferencias sociales
resultado de este orden económico mundial puede
haber una revolución porque las empresas privadas no toman personal. Están
reduciendo los costos laborales, eso es menos consumo y más peligro para las
empresas. Deben implementarse políticas que sostengan el consumo de los
trabajadores; pero debo alertar por la
acción de las élites que tienen poder de lobby y poder de voto. La combinación
de dinero y corrupción tiene resultados desastrosos en la política
económica.
Creo que
podemos dejar como ya aclarado el panorama internacional que rige desde la
segunda posguerra, etapa que los periodistas y ciertos investigadores han
denominado con un concepto técnico, que esconde su verdadera naturaleza: globalización.
[1]
Economista y sociólogo estadounidense (1857-1929). Se licenció en filosofía por
la Universidad Johns Hopkins y se doctoró por la de Yale. Por su énfasis en los
usos y costumbres sociales como fenómenos explicativos de la actividad
económica, se le considera el fundador de la corriente institucionalista del
pensamiento económico.
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