El tratamiento del problema de la comunicación concentrada ha adquirido relevancia por el estudio que se está haciendo de una nueva ley de radiodifusión (hoy es más que ello). Por ello, es necesario que sigamos pensando sobre el tema para poder ser parte del debate. La importancia que los medios de comunicación masiva han adquirido progresivamente durante el siglo XX obliga a detenerse a investigar y pensar sobre su comportamiento social. Es el tema de la comunicación, que en el seno de la sociedad moderna capitalista se convierte en el tema de los medios de comunicación. Está claro hoy que esos medios han sido víctimas del proceso de la concentración económica por lo que fueron quedando subordinados a los intereses de grupos empresarios, que anteriormente estaban fuera del manejo de la comunicación masiva. De víctimas pasaron a convertirse en victimarios de un vasto público ávido de información. Por tal razón, esos medios que representaron el control ciudadano sobre los otros tres poderes, y que habían merecido el nombre de cuarto poder, cuando su propiedad estaba en manos dispersas y variadas, pasaron a ser un instrumento poderoso dentro del juego político de los intereses concentrados.
De este modo, por la tan necesaria y defendida libertad de prensa, durante el siglo XIX que los vio nacer, los convirtió en la voz de los que no tenían voz. Fue la palabra que criticaba y denunciaba los abusos de los poderosos en defensa de los desprotegidos. Los ejemplos son muchos y sus portavoces hombres distinguidos que, por regla general estuvieron a la altura de esa misión. Para nombrar sólo algunos, nuestro Mariano Moreno o Manuel Belgrano. Esos precarios medios, fundamentalmente la prensa escrita a la que se le agregó la radio a comienzos del siglo XX, fueron un bastión inexpugnable que cumplió un importante papel en defensa de la democracia, haciendo transparente lo que se pretendía ocultar.
La posguerra abrió un camino nuevo a este proceso. La lucha contra el totalitarismo nazi y las denuncias posteriores del manejo de la información durante el régimen alertó a la conciencia ciudadana mundial sobre la importancia de una prensa libre, independiente y veraz. Posteriormente la guerra fría puso de manifiesto otro totalitarismo, el soviético, que sobre este aspecto no fue muy diferente en el manejo comunicacional. Se erigió como modelo opositor la libertad de prensa occidental paradigma de la democracia. Sin embargo, por debajo del juego público de la prensa de occidente comenzó a gestarse un nuevo modelo de gestión empresaria que tomaba como modelo la empresa multinacional. Este modelo no era del todo novedoso pero encontró en el mercado internacional de posguerra un campo propicio para su expansión y concentración. Ello le otorgó una capacidad económica y financiera temible para la competencia.
El poder desmesurado que esas empresas mostraban, hacia el interior de ellas y en su relación exterior con la competencia, las fue arrastrando hacia un uso discrecional de ese poder. La empresa periodística internacional aprendió en esos juegos del poder y fue introduciéndose en ellos. Es así como la información fue quedando en manos poderosas que no resistieron la tentación de convertirla en un instrumento de sus intereses. La red de negocios de posguerra fue entrelazando diferentes tipos de negocios y la información pasó a ser uno más de ellos, adquiriendo paulatinamente una mayor importancia. El concepto de negocio impregnó toda la actividad empresaria lo cual demandó la creación de una ciencia especializada para el manejo eficiente de los negocios, apareció entonces el marketing. La ciencia de las ciencias del negocio empresario.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario