miércoles, 30 de diciembre de 2009

Miremos hacia adentro III

Viene a mi memoria una vieja consigna que aparecía pintada en muchas paredes de nuestro país: “Yankees go home” y se me ocurre que deberíamos salir a pintar hoy: “Yankees wellcome” para estar a tono con las conductas de una parte de nuestros dirigentes políticos y empresariales (aunque de estos últimos pareciera no poder esperarse otra cosa). Estas conductas son publicitadas y aplaudidas por los medios más importantes (los concentrados, claro). Parto de la premisa de que hoy una gran parte de aquello que se llama la opinión pública está confundida, tiene serios problemas para discernir y tomar posición ante situaciones de carácter político en las que está en juego nuestra dignidad nacional (si no se asusten, digo lo que digo aunque suene pasado de moda). También podría llevar como título esta nota: “De Braden a Valenzuela” para enmarcar una serie de personajes que hemos tenido de visita con un discurso bastante homogéneo.
Para apoyarme fundamentadamente en mis apreciaciones recurro a quien exhibe títulos suficientes como para que sus afirmaciones merezcan, por lo menos respeto académico. Me refiero al Dr. Mario Rapoport, economista, doctorado en Historia en la Universidad de París I-Sorbona. Actualmente dirige el Instituto de Estudios Históricos, Económicos, Sociales e Internacionales (IDEHESI) del Conicet-UBA; es investigador superior del Conicet y profesor titular de universidades argentinas y del exterior.
La visita de un funcionario de tercera línea, como el subsecretario de Estado adjunto para América Latina de los EE.UU., Lic. Arturo Valenzuela, politólogo y académico chileno norteamericano, que ha demostrado una gran capacidad para cambiar de opinión, obliga a salir al ruedo. Este señor podría entrar en la categoría de personas de las que se burlaba Groucho Marx cuando decía: “estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”. Y, como dije, decido dejar la palabra a quien tiene méritos para hablar sobre la situación. Nos informa el profesor de la UBA: «Retrocediendo raudamente en el pasado, como al visionar al revés alguna película del cine mudo, la visita del enviado del presidente Obama y encargado de asuntos latinoamericanos de Estados Unidos al sur del continente, Arturo Valenzuela, dejó una sensación de déjà vu en la política de Washington sobre nuestro país (desde Cordell Hull y Braden, de recordada actuación en épocas de “relaciones tumultuosas”, hasta Terence Todman, denominado el “virrey”, en los más apacibles tiempos de las “relaciones carnales”). Sus dichos y acciones levantaron una ola de suspicacias sobre la forma de entender los vínculos mutuos. Valenzuela no fue recibido por los presidentes en Argentina y Brasil, donde se reunió con funcionarios subalternos, pero en Buenos Aires (no en la nación vecina) tuvo también entrevistas con políticos opositores que respaldaron sus conceptos». Acá aparece el “wellcome” que le han concedido ciertos personajes de nuestro escenario público.
Este señor visitante, sin el manejo del lenguaje diplomático (se supone que eso es él) repite lo que ha oído en sus encuentros con “la oposición”. Se siente obligado a hablar, como diría mi abuela: “por boca de ganso”, y señalar con tono de preocupación que la Argentina muestra una elevada sensación de “inseguridad jurídica”. Uno se pregunta junto a nuestro profesor, sabiendo de donde viene y a quien responde el visitante: «¿Qué tipo de seguridad jurídica tuvieron los depositantes o inversores que han visto a cientos de bancos donde tenían colocados sus ahorros derrumbarse de la noche a la mañana? En el 2009 quebraron poco más de 130 bancos de los 8500 existentes y aunque el gobierno de Washington rescató varias entidades financieras, una gran cantidad, sobre todo medianas y pequeñas, se fueron a pique sin su ayuda. En cuanto a los depósitos, la FDIC (Federal Deposit Insurance Corporation) sólo cubre hasta un cierto límite los de aquellos bancos asegurados en ella, no la de todos los bancos ni toda clase de acreencias».
Es notable las diferentes varas con que mide este concepto nuestro visitante: «¿Qué seguridad jurídica existió para los miles de propietarios de inmuebles que se encontraron sin poder seguir pagando sus hipotecas y fueron desalojados de sus hogares? ¿Cuál fue la seguridad jurídica de los futuros jubilados cuyos fondos de pensión cayeron en el pozo interminable creado por las pérdidas de valor de los activos financieros a los que estaban ligados y se quedaron sin ingresos futuros después de años de aportes y de trabajo? ¿De qué seguridad jurídica se habla para los que perdieron sus empleos en numerosas empresas que achicaron masivamente su personal o cerraron directamente sus puertas? En fin, ¿cómo se aprecia la seguridad jurídica de grandes industrias que se encontraron financieramente arruinadas hasta llegar a ser nacionalizadas, como General Motors, en un país que pregona que ése es el principal peligro para sus compañías fuera de sus fronteras? Puede decirse que muchos de estos casos tienen que ver con la mecánica misma de la crisis, pero es imposible no mencionarlos por la retórica existente».
Debemos preguntarles a los que fueron a visitarlo ¿no saben nada de todo esto? ¿de dónde saca la autoridad moral para hablar (justo él) de este tema? Otro tanto deberíamos hacer con nuestros grandes y “serios” medios.

sábado, 26 de diciembre de 2009

No se puede servir a dos señores…

Se puede leer en el Evangelio de San Mateo: «Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero». Estas palabras de Jesús que el evangelista cita vienen a cuento por lo que voy a plantear. Leyendo una nota que publicó el profesor Titular y ex Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Norberto Alayón, vinieron a mi memoria estas palabras. Además de la sorpresa (no sé si sorpresa) de la posición pública que adopta una institución señera, prestigiosa y respetada como es Caritas, un organismo de la Pastoral Caritativa de la Iglesia Católica, dependiente del Equipo Pastoral Social del Episcopado Argentino. No se puede desconocer ni poner en dudas su larga actividad en socorro de las capas más desprotegidas de la población. Sin embargo, cuando se coloca junto a un sector de la sociedad argentina de una muy triste, cuando no escandalosa, historia uno siente un choque de valores que desconcierta, cuanto menos.
Días atrás, el domingo 6, aparece una solicitada en el “gran diario argentino” del Grupo Clarín cuya posición política aparece como «exasperadamente crítico del gobierno nacional» como sostiene el profesor, quien agrega: «La solicitada convocó a un acto en el Rosedal de Palermo, organizado por la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria Argentina y Coninagro. Se trata de un poderoso bloque político-económico, que representa prioritariamente los intereses de los sectores de mayor concentración de riqueza, que se resisten con reciedumbre a reducir las ganancias extraordinarias que en estos tiempos les proporciona el cultivo de soja, mostrándose reiteradamente insensibles a la necesidad del mejoramiento de la sociedad toda. Exhibiendo uñas y dientes, aunque empleando en esta ocasión un lenguaje cuasi celestial, organizan un claro acto opositor (lo cual es legítimo), con argumentaciones hilarantes, si no fuera por la pérfida hipocresía con la que intentan confundir y violentar la más elemental memoria de sus comportamientos históricos en perjuicio de toda la sociedad». Debo decir que la información en la que se apoya es indiscutible, lo que me lleva a preguntar ¿qué ha llevado a que el prestigio de Caritas se juegue tan desaprensivamente?
En la solicitada se dice que «debemos recuperar como país nuestra capacidad de generar riqueza y de distribuirla con justicia y equidad, interrumpiendo la lógica del capitalismo de amigos, que sólo conduce a una mayor desigualdad». No se puede estar en desacuerdo con esta propuesta, pero ¿cómo compatibilizarla por ejemplo, con los tradicionales intereses oligárquicos, de ayer y de hoy, de la dirigencia de la Sociedad Rural? Por el contrario, si hay expertos en el tema del «capitalismo de amigos» no se puede ignorar la actitud de esta institución durante la dictadura militar. ¿Qué decir entonces de personajes que han mantenido sus obscenos privilegios tanto en democracia como en dictadura, muy cercanos a esa institución? Dice el profesor: «Quienes también deben saber algo de este tema del capitalismo de amigos, deben ser Francisco de Narváez, el Grupo Macri, algunos grupos mediáticos. Durante el gobierno de Carlos Menem, la Rural mantenía muy buenos vínculos con el ex presidente riojano, pero está claro que en esa época no se quejaban. En fin, la amistad es un valor excelso» pero se prostituye cuando está al servicio de los negocios.
No puede dejar de sorprender, hasta se diría con cierto cinismo, que el día 10 en que realizaron el acto, como subrayan en la solicitada, «se cumplen 26 años del retorno de la democracia», pero se lo menciona respecto de un acto en el que se revaloriza a la persona de José Alfredo Martínez de Hoz, «genuino exponente -al igual que su padre- de la Sociedad Rural, representó objetivamente a esta entidad en la dictadura de Videla, Massera y Agosti, desempeñándose como poderoso ministro de Economía, mientras se desplegaba el más oprobioso genocidio que debió soportar la Nación».
Entonces, ¿a cuál de los dos señores se sirve? Porque está escrito: «No podéis servir a Dios y al Dinero». Agrega el profesor, citando al poeta español Juan de Iriarte y Cisneros (1702-1771): «En cualquier caso, siempre es bueno reparar en aquellos versos de la tradición española que decían: “El señor don Juan de Robres, con caridad sin igual, hizo hacer este hospital y primero hizo los pobres”. Y también tener presente que los filántropos necesitan más a los pobres, que los pobres a los filántropos».

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Miremos hacia adentro II

La desidia de una parte importante de los hombres y mujeres de nuestro país respecto de temas que deberían ser importantes para todos (pero que hoy parecen no convocar) dejan un ancho espacio vacío que tiende a ser ocupado por actores que en otros tiempos se mantenían dentro de sus esferas específicas. La ausencia de una clase dirigente con vocación de trabajo al servicio de la Nación es parte de los huecos que se perciben en la escena pública. Tampoco aparecen aquellos intelectuales que alzaban su voz señalando caminos y que confrontaban en un diálogo respetuoso respecto de los grandes temas. Los dirigentes sociales, empresarios, deportivos (como ya dije antes), están tan sumidos en la búsqueda del éxito inmediato que quedan ciegos para levantar la vista hacia un horizonte del mediano y largo plazo que posibilite trazar algunas líneas directrices hacia un futuro colectivo más promisorio.
Lo que resulta mucho más extraño es que no pocos de esos dirigentes presionan tras objetivos que de lograrse pueden ser negativos para sus empresas. Las huellas del neoliberalismo, convertido en ideología imperante en sectores de la economía concentrada, los ciega para ver y comprender hasta dónde se llegaría de poner en práctica las medidas que ellos mismos proponen. La queja continua acerca de lo mal que van las cosas no se compadece con los balances de sus empresas. Esto es comentado por un economista como Javier González Fraga, que no puede ser sospechado de oficialista, cuando señala la disparidad de los resultados de los negocios de sectores de la economía y lo que dicen acerca de cómo está la economía del país.
Dentro de este panorama me quedé realmente sorprendido por las palabras que le escuché decir a un directivo de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren. Más allá de quien es o quien ha sido, y dejando de lado la convicción que pueda tener en sus declaraciones debo rescatar una especie de parábola que contó en una entrevista radial. «Estaba yo reunido con un señor industrial de primera línea que me estaba planteando la necesidad de tomar algunas medidas imprescindibles para poder seguir invirtiendo en la Argentina. Era tal el despropósito de lo que solicitaba, que atentaba contra sus propios intereses, que en un momento le dije: “Mire es paloma que está parada en la ventana del despacho. Si se le parara un gorrión al lado se quedaría muy tranquila, pero si se le acercara un gato saldría volando de inmediato. ¿Sabe por qué? Porque en su organismo tiene inscripto un código que le advierte cuando su vida está en peligro, es parte de su genoma. Uds., como muchos otros empresarios, no tienen ni el instinto ni el olfato para detectar quiénes son sus depredadores y quiénes son sus posibles aliados”. Así los intereses de ellos corren un grave peligro por falta de la reacción necesaria, ponen la cabeza y se arriesgan a que se las corten».
Insisto, no puedo decir que quien era entrevistado hablara con honestidad, pero lo que intento rescatar es la ceguera, la mediocridad, las limitaciones de esos empresarios que producen y venden dentro del mercado interno, razón por la cual sus intereses corren paralelos a los de muchos habitantes de este país. Si le va bien a la Argentina ellos se benefician, si le va mal también ellos pierden, sin embargo no están en condiciones de distinguir una cosa de la otra. La posibilidad de una ganancia inmediata es más importante que el crecimiento de la empresa.
El economista Guillermo Wierzba, profesor de la UBA, analizando el documento que ha presentado hace poco la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA), sostiene que es tal el peso de la ideología neoliberal que parecen hablar desde el fondo del siglo XIX: «El documento se inspira en un concepto de la propiedad privada de tipo decimonónico, recuperado por la oleada intelectual neoliberal de fines del siglo pasado, que excluye las limitaciones impuestas a la misma a partir del desarrollo del pensamiento democrático. El orden jurídico internacional ha incorporado, por ejemplo, a los derechos humanos como parte inalienable del orden democrático moderno, integrando a ellos a los derechos económicos y sociales. A su vez, el derecho de propiedad empresaria resulta de una sustancia diferente a la de la propiedad personal y su extensión no puede ser ilimitada, ni precede a la organización institucional, sino que debe encuadrarse en la misma».
Para traducirlo a un lenguaje más llano: si la libertad con que se utiliza la propiedad de las empresas no admite ningún tipo de limitación, ¿qué hacemos, por ejemplo, con la contaminación ambiental? ¿qué hacemos con el uso abusivo de los suelos que pueden desertificar las mejores tierras nuestras? Éste es el problema y es difícil entender su necedad.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Seguimos con los laboratorios VIII

Las cosas que hemos venido leyendo nos coloca frente a un problema, uno más, que generan las prácticas comerciales de las multinacionales. Son problemas que por momentos nos sorprenden porque nos cuesta aceptar hasta donde pueden llegar. Muchas veces nos damos cuenta que nuestra imaginación es muy pobre frente a la creatividad de este tipo de empresas. Una película inglesa de hace un tiempo atrás, El jardinero fiel, denuncia en su trama las prácticas que venimos leyendo basada en hechos reales que se produjeron en Kenia. Sin embargo hay una vieja afirmación: «la realidad supera a la ficción» que se aplica a la perfección a estos casos. Parte de lo que denuncia el Dr. Ávila Vázquez entra en esa actitud de incredulidad porque sobre esas prácticas que aparecen en la película se encuadra en la idea de que en África se puede hacer cualquier cosa, puesto que muy pocos se preocupan por ese continente. Pero debemos hacernos cargo de la denuncia de este médico: «Los costos de las investigaciones son crecientes, los innumerables abusos cometidos contra los pacientes han ido generando mecanismos de protección del público en los países centrales y, como consecuencia de ello, se incrementa el desplazamiento de los ensayos hacia países de desarrollo intermedio, donde los médicos están bien formados y pueden cumplir con eficiencia los pasos instrumentales de los protocolos, sobre todo cuando llegan a percibir como pago hasta 12.000 u$s por cada paciente sometido a ensayos». Una vez más el dinero sometiendo a la ética.
«La Red Latinoamericana de Ética y Medicamentos confirma que el número de ensayos clínicos está aumentando exponencialmente en nuestra región y que el incremento se debe entre otras causas a la facilidad de reclutar pacientes sobre todo entre los grupos más vulnerables, es decir entre los pobres. Los ensayos consisten, básicamente, en probar en un grupo de pacientes una nueva droga y compararla contra una ya conocida y de probados efectos o a veces contra placebo (nada); se busca mejorar los efectos terapéuticos y disminuir los tóxicos; la mayoría de los estudios tienen resultados negativos o no superiores a los preexistentes». Nuestro país responde a las exigencias de los laboratorios: tenemos pobres, médicos muy bien formados y dispuestos a transgredir la ética profesional por dinero.
Habiendo cubierto las exigencias nos dice: «Actualmente entre nosotros se llevan adelante cientos de pruebas, sobre miles de pacientes, experimentando muy diversas drogas como antidepresivos, antiepilépticos, anticoagulantes, drogas neurológicas, inmunológicas, etc. (no hay para chagas ni dengue, porque no son redituables). Los efectos perjudiciales a corto y largo plazo son desconocidos y la prensa “científica” generalmente los esconde. Simultáneamente los costos de cuidado de esos pacientes siguen a cargo de la Salud Pública o de la obra social del paciente reclutado para el ensayo. Me pregunto ¿porque el PAMI, APROSS, DASPU, PRENSALUD u otras mutuales no han tomado medidas para evitar que los costos de los ensayos con sus afiliados recaigan sobre sus fondos solidarios?».
No es que no se haya hecho nada al respecto, pero no parece suficiente, según nuestro comentador: «Se aprobó una ley que intenta regular la actividad, es un paso adelante pero insuficiente. Es preciso defender los derechos ciudadanos de los pacientes cuando la ciencia neoliberal los manipula con fines estrictamente comerciales. Con ese objetivo la UNESCO emitió la Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos en 2005, formulando lineamientos que promueven la defensa de los grupos vulnerables; propendiendo al beneficio de la comunidad que pone su cuerpo; protegiendo a las personas de los daños a su salud; justificando las investigaciones transnacionales solamente en la necesidad del país anfitrión; exigiendo la independencia de los comités de ética de evaluación, respecto de los laboratorios y CRO locales, entre otros aspectos. El avance del conocimiento humano es importante para mejorar las condiciones de vida de la humanidad, pero no su única condición. La Comisión de Determinantes Sociales de la OMS publicó que los avances en medicamentos y tecnología, entre 1991 y 2000, evitaron 176.633 muertes en EEUU, pero si la tasa de mortalidad en afro-americanos fuera igual a la de los blancos se hubieran evitado 886.202 muertes, demostrando que el problema no está en que nos falten conocimientos sino que las herramientas para cuidar y recuperar la salud no están al alcance de todos por la gran inequidad del sistema».

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Miremos hacia adentro

Después de varias notas en las que hemos podido hacernos cargo de cómo está esta globalización, en manos de quienes están las decisiones que nos involucran a una gran mayoría del planeta, cuáles son los pocos (o casi nulos) límites que se ponen ante la sagrada tarea de ganar dinero de cualquier modo, volvamos la vista a nuestra sociedad y veamos en qué estado nos encontramos. Ya, en alguna nota anterior, me he referido al nivel deplorable de las dirigencias (políticas, deportivas, periodísticas, sociales, educacionales, económicas, empresariales, institucionales de todo tipo) que tienen en sus manos los destinos de todos nosotros como comunidad política (antes se decía la Nación, pero por alguna razón las palabras desaparecen).
Sin embargo, esta descripción peca de una característica muy común a nuestros modos actuales de vivir y pensar: «el problema es de los otros». Los medios se detienen largamente en las “dificultades” dentro de las cuales estamos sumergidos, pero nunca hacen referencia a nuestra conducta ciudadana, la de todos nosotros, incluidos ellos, que hace alarde de una despreocupación infinita por lo que podríamos denominar (con viejas palabras) “el bien común”, es decir la salud socio-política de la comunidad por encima de los intereses particulares. Estas conductas pueden observarse desde cómo se maneja en el tránsito hasta en cómo se vota. Se me podrá decir que mezclo peras con tornillos, déjenme explicar.
Un respetable periodista, como lo es Washington Uranga, se ha detenido a pensar a partir de un informe del Observatorio Político y Electoral integrado por investigadores y docentes de la UBA: «se pone en evidencia, una vez más, que las decisiones electorales no están vinculadas mayormente con convicciones profundas y con el análisis de trayectorias, sino más bien con una serie de circunstancias, muchas de ellas coyunturales y, en buena parte de los casos, no directamente ligadas a lo que se pone en juego. En este caso: la reciente elección de legisladores. Un dato no menor, también resultado del estudio, es que el 15 por ciento de los encuestados dice haber inclinado su voto por alguno de los candidatos el mismo día del acto electoral. Y en ese sentido no hay mayor contraste entre los diferentes candidatos (15 por ciento de los que votaron por Michetti, 15,4 de los que lo hicieron a favor de Heller, el 15,7 de los que se inclinaron por Prat Gay y 15,2 de los que se decidieron por Pino Solanas)». La importancia de una votación parece haber sido decidida en “cara o cruz” circunstancial.
Se desprende del trabajo de este equipo que «en la mayoría de los casos el voto es un bien volátil, sobre todo en el electorado de clase media. Pero podría decirse lo mismo de los resultados de zonas del conurbano que otrora se consideraban “cautivas” del voto justicialista y que ahora emigraron hacia otros horizontes». Esta falta de lo que hubiéramos llamado en otras épocas “falta de coherencia” hoy se la califica de libertad de los votantes. La muy proclamada “libertad” permite esta variancia tan amplia que se corre de un extremo a otro del arco político-ideológico. ¿Esto es un avance o un retroceso? La incorporación de metodologías del marketing a las campañas electorales ¿tiene alguna responsabilidad en estos virajes eleccionarios? En última instancia ¿qué pasó para que la conciencia política se haya vuelto tan volátil, tan inconsistente, tan voluble?
El Sr. Uranga nos acompaña en estas reflexiones: «La política contemporánea tiene razones que la razón política no puede explicar. Las preferencias electorales están marcadas más que por las convicciones profundas (esas que podríamos llamar ideológicas) por los intereses personales (aquello que favorece a mi bolsillo, por ejemplo), las circunstancias recientes o, tan sólo, por los humores pasajeros, tal como lo podría revelar el hecho de la cantidad de personas que decidieron el sentido de su sufragio el mismo día de la elección. Vale la pena preguntarse cuál es el sentido de la política hoy. O cómo consolidar propuestas políticas que se apoyen en convicciones fuertes y alimenten procesos de mediano y largo plazo. Esta debería ser la respuesta a buscar, si es que no queremos quedar sometidos simplemente al manejo de los creativos y estrategas del marketing siempre contratados por los que más dinero y poder tienen. Sin perder de vista, claro está, que el voto es apenas una expresión de la política y que la democracia se construye todos los días a través de múltiples herramientas. Pero, para bien o para mal, en el sistema democrático el voto determina los gobernantes y con ellos la orientación que se le quiere dar a la sociedad».
Ahora se puede entender por qué invité a mirar para adentro, para hacernos cargo de la parte de culpa que tenemos en el estado actual de cosas que padecemos.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Otra más de los laboratorios VII

Veamos como todos estos manejos se han dado en nuestro país. Para ello recurro a una nota que escribió el neonatólogo y ex subsecretario de salud de la ciudad de Córdoba, el Dr. Medardo Ávila Vázquez. En ella nos cuenta una historia que comienza en la década pasada: «El embajador norteamericano James Check (1993-1996) declaró al llegar a Buenos Aires que tenía dos grandes áreas de negocios bilaterales para desarrollar en su gestión, una la introducción de transgénicos, principalmente soja, en la producción agropecuaria argentina, y la otra el desarrollo de los ensayos clínicos de nuevos fármacos para la gran industria de laboratorios farmacéuticos. Después de más de 15 años todos conocemos el crecimiento en la producción de transgénicos, sus "ventajas" económicas y el perjuicio ambiental y sanitario que esta producción acarrea. Es menos conocido el crecimiento del negocio de los ensayos clínicos. Este en 10 años pasó de utilizar 10.000 a 45.000 argentinos que "prestan", anualmente, su cuerpo a los laboratorios para prueba de drogas. Un mercado que movió 50.000 millones de dólares el año pasado a nivel mundial y que, crecerá un 11% por año, al 2018. El gran desarrollo de esta actividad ocurre junto a la instauración del paradigma de ciencia neoliberal en EEUU. Con la modificación de la ley de patentes, fortalecen el concepto de que los científicos no "descubren" la cura de una enfermedad, sino que la "inventan", y por lo tanto ese descubrimiento ya no integra el conocimiento general de la humanidad, sino que esa invención es propiedad privada de una persona o grupo económico que financia la investigación».
Nos volvemos a encontrar con la invención de enfermedades. Se podría pensar que es una nueva versión de una mutación que se fue dando en la producción capitalista. La ciencia económica afirmó durante décadas que la producción de mercancías respondía a la demanda del consumo. En consecuencia con este concepto aparece la necesidad de estudiar las características de esa demanda: calidad, cantidad, tipos, etc. Ello dio lugar a la aparición de una supuesta “ciencia” nueva: el marketing. En esta conformación colaboraron especialistas de las ciencias sociales (psicólogos sociales, psicoanalistas, antropólogos, sociólogos, etc.) cuya tarea apuntaba al conocimiento de las conductas del hombre masa. Erich Fromm decía en la década del sesenta lo siguiente: «La creciente complejidad de las empresas y del capital, hacen que sea de la mayor importancia conocer por adelantado los deseos del consumidor y no sólo conocerlos, sino también influir sobre ellos y manejarlos. Las inversiones de capital en las gigantescas empresas modernas no se hacen por presentimientos, sino después de un amplio manipuleo y una investigación concienzuda del consumidor y de todo el mercado».
Es evidente que los laboratorios entran en esa categoría «gigantescas empresas modernas» y se mueven a nivel mundial con las mismas técnicas e instrumentos que las demás empresas capitalistas. La particularidad de producir medicamentos o instrumental médico las ha revestido de una aureola de “gente de ciencia” que encubre que en realidad son “gente del capital” y, como tal, toda su actividad tiene como objetivo fundamental: el mayor lucro posible por cualquier medio. Esto último puede sonar demasiado duro, sin embargo es necesario modificar nuestro imaginario y colocar estas empresas dentro del cuadro general del mercado capitalista. Así se entiende mejor las cosas que venimos leyendo. Propongo seguir leyendo al Dr. Ávila Vázquez para avanzar en este tema:
«Los científicos y hasta las universidades pasaron a tener participación económica directa en las empresas biotecnológicas; la figura del investigador-empresario forma parte de la vida normal de la comunidad científica universitaria, los más exitosos y prestigiosos son los que tienen la mayor cantidad de patentes registradas, dando forma a lo que se llamó Capitalismo Académico. Pero los laboratorios necesitan rápidamente presentar nuevos y exclusivos productos, por lo que actualmente el 75% de las investigaciones son realizadas directamente por “organizaciones que investigan por contrato” (CRO en ingles), que constituyen grupos privados dedicados al reclutamiento de pacientes y desarrollo de pruebas en el marco de los protocolos establecidos a nivel central. Estos CRO se han reproducido en nuestro país y en Córdoba. El vínculo entre ciencia y mercado en el área de salud se da en el marco del sistema de salud norteamericano sometido a prácticas comerciales del mercado ultracapitalista, donde no existe un subsector público capaz de priorizar y sostener la salud como valor social. Recordemos las dificultades que enfrenta el presidente Obama para extender la prestación de salud a los que están fuera del mercado».

martes, 8 de diciembre de 2009

Más sobre los laboratorios

La industria de la telefonía móvil se ha encargado de ocultar el resultado de investigaciones que demostraban la contaminación electromagnética y sus consecuencias sobre la salud humana. Por ello insiste Jara: «Soy partidario de aplicar siempre el principio de precaución antes de poner en servicio una tecnología que pueda dañar la salud humana. La información libera, la alarma la provocarán quienes impulsen tecnologías y servicios contaminantes. Existen centenares de estudios científicos que concluyen que la contaminación electromagnética es dañina para nuestra salud. También existen multitud de trabajos, casi más que los primeros, pagados por las operadoras telefónicas, cuyas conclusiones son contrarias a los primeros. En los últimos años se han publicado varios macroestudios, hechos por científicos de diferentes países, multidisciplinares, con financiación pública, que concluyen que esta polución daña nuestra salud. Incluso el Parlamento Europeo se ha hecho eco de ellos y ha llamado a la aplicación del principio de precaución».
En nuestro país en el cual la proliferación de los celulares ha llegado a batir records impide que este tipo de información llegue al público, puesto que publicitan sus productos en los medios que deberían comunicar estos resultados.
En contraposición a esta conducta aparecen en esos mismos medios información, casi siempre proporcionada por alguna universidad desconocida, que nos hablan de la detección de algún tipo nuevo de enfermedad. Miguel Jara las denomina “enfermedades inventadas”. Cabe preguntarse ¿qué es una enfermedad inventada? Las explica de este modo: «Durante los últimos lustros asistimos a la aparición en los medios de comunicación de enfermedades nuevas, nuevas denominaciones de síntomas que se confunden con enfermedad. Por ejemplo, la timidez está siendo diagnosticada como Fobia social para vender antidepresivos. Y el Síndrome de las Piernas Inquietas es un concepto nuevo para definir ciertos problemas neurológicos que padecen algunas personas pero se etiqueta así para abrir nuevos mercados y vender nuevos medicamentos neurolépticos. Son enfermedades que no existen y están promocionadas por laboratorios farmacéuticos. Esto se hace permanentemente. Están apareciendo “enfermedades” como las que describe el DSM-IV, el libro sobre diagnóstico de patologías psíquicas que es la “Biblia” de los psiquiatras. El Trastorno Oposicionista Desafiante, que es la rebeldía de los niños o el Incumplimiento terapéutico, cuando un paciente decide no tomar su medicación, parece surrealista, ¿no? Pero es cierto».
La creación de nuevas enfermedades o el pánico generado por la exageración de peligros a enfermarse se ha visto hace poco con la gripe A: «Se ha repetido la campaña de marketing del miedo que ya se puso en marcha en la primera mitad de la década actual con la gripe aviar. Con similares actores y beneficiarios. Se cogen enfermedades leves y se crea alarma social para expandir la sensación de tensión y preocupación y que así la población “abrace” los tratamientos que ofrecen los mismos que crean esos temores. Esto no se hace de un día para otro. Para comprenderlo hay que entender las redes no conectadas entre sí de relaciones de influencia desarrolladas por la industria farmacéutica durante las últimas décadas». ¿Hasta dónde pude llegar la impiedad de ganar dinero?
«En España ha comenzado la vacunación contra la “pandemia” de gripe A. Como han advertido muchos profesionales sanitarios durante los últimos meses el remedio puede ser peor que la enfermedad. Esta vacuna se ha vendido expandiendo el miedo entre la población para se inocule una vacuna que sin el marketing del miedo no se pondría, al menos en la medida que interesa a los laboratorios fabricantes de la misma. La gripe A es una enfermedad leve, más que una gripe estacional y las vacunas siempre pueden producir reacciones adversas de diferente gravedad. Han de saber que la Comisión Europea ha autorizado para toda Europa dos vacunas: Focetria, del laboratorio Novartis y Pandemrix, de GlaxoSmithKline. Ambas llevan como conservante mercurio, el polémico timerosal. Este excipiente puede producir autismo (trastorno generalizado del desarrollo que se caracteriza por una alteración de la interacción social y de la comunicación, así como por patrones de comportamiento repetitivos y estereotipados) en los niños, entre otros daños neurológicos».
Debemos estar atentos ante este tipo de denuncias.

domingo, 6 de diciembre de 2009

El poder de las grandes multinacionales

La entrevista en la que Miguel Jara está informándonos del resultado de sus investigaciones avanza sobre otros tipos de empresa que no difieren mucho en sus manejos de los laboratorios. Como propuesta de comprensión de todo ello habla de un concepto interesante: el actual desorden organizado. Idea que encierra una contradicción en su expresión que él explica de este modo: «El desorden organizado alude en buena medida, a los grandes grupos industriales que manejan la economía y la sociedad a su antojo y utilizan a la clase política para ello y para dar una sensación de legitimidad democrática a lo que es puro autoritarismo de mercado. Una sociedad en la que tantas personas enferman por el grado de contaminación al que hemos llegado, en parte porque existen muchas industrias que contaminan sin pudor, no es una sociedad sana, muy por el contrario. Pero ese caos es controlado por los grandes grupos industriales que además pretenden hacernos ver que vivimos en el mejor de los mundos posibles. Una de las enseñanzas del libro Un mundo feliz de Aldous Huxley es que la sociedad totalitaria perfecta es aquella en la que el individuo es feliz en su alienación. El colapso ambiental se oculta tras la inconciencia de mucha gente. Muchos de nuestros conciudadanos están enfermando por “estar” en esta sociedad, como le digo. Los diferentes contaminantes despiertan hipersensibilidades en sus organismos. Al ignorar que eso es una clara señal de que nos hemos equivocado de camino habremos entrado en ese “mundo feliz” de la novela».
Una de esos modos de la inconciencia se puede detectar en el uso masivo de los celulares telefónicos. Cuenta Jara, en la primera parte de su libro, que en 2002, Gro Harlem Brundtland, una destacada médica y política noruega que es reconocida como una líder internacional en desarrollo sostenible y la salud pública era entonces la máxima responsable de la Organización Mundial de la Salud, comentó a un periodista noruego que en su oficina de Ginebra estaban prohibidos los teléfonos móviles. La doctora Harlem sufría hipersensibilidad a los campos electromagnéticos. La noticia fue publicada el 9 de marzo de 2002 en el periódico noruego Dagbladet. Meses después de publicarse la información, Gro Harlem tuvo que abandonar la dirección de la OMS. Denuncia Jara que, según el doctor Carlos Sosa, médico especialista en contaminación por irradiaciones electromagnéticas, ha sido Michael Repacholi, el máximo representante medioambiental de la OMS, y a la industria de la telefonía móvil, como autores de la renuncia de la Dra. Harlem. La denuncia sostiene: «El 5 de Julio de 2005 fue descubierto públicamente que el Dr. Michael Repacholi, persona responsable en el tema de evaluación de efectos sobre la salud de la tecnología móvil y de líneas de transporte de energía eléctrica en la Organización Mundial de la Salud, recibió 150.000 dólares al año de parte de la industria de telefonía móvil, para reuniones y viajes. Esto significa que transgredió las normas de la OMS que prohíben recibir dinero directamente de la industria».
El poder de corrupción de las grandes empresas no parece tener límites. Esto lleva al Dr. López Arnal a preguntar: ¿Los colegas científicos pueden comportarse con tan poca piedad? ¿Tanto poder tiene la industria de la telefonía móvil para descabezar nada más y nada menos que la dirección de la OMS? Ante esta pregunta responde Jara: «Todo sector industrial que se precie tiene grupos de presión, lobbies, a su disposición para infiltrarse y presionar en las instituciones más importantes. Esto lo hacen a diario y supone la desvirtuación de la democracia. Piense que las decisiones que hoy toman instituciones como la OMS o el gobierno europeo, la Comisión Europea, o cualquier gobierno, están muy influidas por los intereses privados. Parte de esa estrategia consiste en someter la ciencia a los intereses del mercado».

miércoles, 2 de diciembre de 2009

El poder de los laboratorios medicinales V

Habiendo tomado noticia de lo que quedó dicho en la nota anterior ¿qué hacer? Propone Miguel Jara tener muy en cuenta el principio de precaución: «Dicho principio viene a decir que hasta que no esté perfectamente garantizado que un servicio o tecnología es inocuo no ha de ponerse en circulación. Hoy ocurre lo contrario, se han liberado al medioambiente unas 104.000 sustancias químicas tóxicas muchas de las cuales se ha comprobado con estudios científicos que son nocivas. Convivimos con ellas a diario, están en casi todas partes, incluso dentro de nuestros cuerpos y no sabemos como interactúan entre ellas. Desde los años 40 del siglo pasado los soviéticos saben que la contaminación electromagnética enferma a las personas pero durante los últimos años asistimos a un despliegue descomunal de redes de telecomunicaciones inalámbricas que funcionan por microondas. Son dos ejemplos de tecnologías contaminantes a las que no se ha aplicado el principio de precaución y ya están enfermando a nuestros convecinos. Si no se acota, el problema irá a más».
Está denunciando la existencia de lo que se podría denominar con pleno sentido víctimas de la civilización tecnológica. «Vivimos en una sociedad tan mercantilista que los intereses de los grandes grupos industriales y los de la ciudadanía son contrarios. Es como si existiera una guerra social abierta pero silenciada: lo que es bueno para la industria de las comunicaciones inalámbricas, la expansión masiva de antenas es malo para la ciudadanía; lo que es bueno para el sector farmacéutico, que existan siempre personas enfermas, es malo para la ciudadanía que aspira a tener salud; lo que es bueno para la industria química (por cierto muy ligada a la farmacéutica) es malo para las personas que enferman cada vez más por la contaminación química. Es el modelo económico el que está enfermo pues al regirse por la competencia fomenta el que las grandes empresas para mantener e incrementar sus dividendos estén obligadas a producir cosas nuevas aunque éstas en muchos casos no tengan sentido, no sean útiles e incluso hagan daño».
Se podría argumentar que estamos en plena cultura de la información ¿cómo entender que todo esto no se sepa públicamente? «Nunca hemos estado tan informados como ahora, pero eso al mismo tiempo produce una saturación informativa que genera confusión, luego desinformación. Por un lado son tantas las cosas importantes que deberíamos saber que no tenemos tiempo material para informarnos sobre ellas. Por otra parte la tónica general de mis libros es contarles a los lectores cómo los grupos industriales sobre los que trabajo de manera sistemática intentan controlar la información de los tema que les afectan, presionan a los periodistas y científicos que divulgan esos asuntos y montan campañas de desinformación inducida, por ejemplo, realizando estudios científicos que lleguen a las conclusiones que ellos buscan y jugando a generar confusión para que los negocios continúen con la excusa de que tal o cual servicio o tecnología “no se ha probado que sea nocivo”. Es una trampa dialéctica porque la carga de la prueba no debe recaer sobre la ciudadanía sino sobre las empresas que quieran poner en el mercado productos que puedan ser malos para la salud o el medioambiente».
No son pocos los casos en que los grandes medios, socios del capital concentrado, ocultan, deforman o mienten sobre este tipo de información que afecta a los grandes negocios. Por ejemplo, en los EEUU hasta no hace mucho tiempo importantes científicos de universidades de primera línea desmentían que existiera algo así como el “efecto invernadero” o el “calentamiento global” y los medios repetían estos desmentidos sin el menor pudor, mientras que los científicos que denunciaban estos fenómenos no encontraban modo de hacerlos públicos. Entonces ¿cómo sorprendernos por estas manipulaciones informáticas?

domingo, 29 de noviembre de 2009

El poder de los laboratorios medicinales IV

El periodista Salvador López Arnal, también profesor-tutor de Matemáticas en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y de informática de ciclos formativos, intento decir una persona de una sólida formación integral, lo cual avala y da crédito a los diálogos que él realiza por la selección de sus invitados. Ha publicado su encuentro con Miguel Jara, escritor, periodista especializado en la investigación de temas de salud y ecología, corresponsal en España de nada menos que el British Medical Journal (BMJ) y usual colaborador de la revista Discovery DSalud. Este último ha realizado la investigación que sirvió de base para el documental “Carga tóxica” de Documentos TV (TVE) sobre los efectos en nuestra salud de las sustancias químicas que existen en nuestro medio ambiente y es igualmente autor de Traficantes de salud (Icaria, Barcelona, 2007); Conspiraciones tóxicas (Martínez Roca, Barcelona, 2007), en colaboración con Rafael Carrasco y Joaquín Vidal, y de La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, Barcelona, 2009), su ensayo más reciente.
Voy a citar parte de lo que se dijo y hacer algunos comentarios. Si he tomado tantas precauciones se debe al tipo de información que se hace pública que requiere el aval de seriedad profesional de quien lo hace. Estas manifestaciones se inscriben en la línea de lo que vengo publicando. Introduce Miguel Jara un concepto que sorprende: «El marketing del miedo es la expansión de manera perfectamente controlada, premeditada y estructurada del miedo entre la población para, en el caso que analizo, hacer creer a la ciudadanía que puede estar o está enferma y así vender medicamentos, antivirales y/o vacunas. Se utiliza para “obligar” a la población a abrazar las soluciones “establecidas” y hoy está cada vez más extendido entre las prácticas de la industria farmacéutica y así podemos comprobarlo en la última década con los ejemplos de la “epidemia” de gripe aviar, la gran campaña de lobby y marketing del miedo para vender la vacuna contra el virus del papiloma humano o la “pandemia” de la gripe A. Creo que al concluir la lectura de mi último libro puede entenderse bien el fenómeno de la invención o exageración de enfermedades al que asistimos durante los últimos años». En notas anteriores ya había aparecido algo similar de parte de la Doctora Teresa Forcades i Vila que ahora adquiere un concepto específico: una metodología de marketing para incrementar la venta de determinados específicos.
Esto puede empujar hacia una actitud de rechazo al avance de la medicina y de sus logros terapéuticos, por ello aclara: «Partimos de la base de que casi cualquier consecución humana es técnica, pero si estamos de acuerdo en que hemos llegado a un punto en que todo, absolutamente todo ha de ser revisado bajo el paradigma ético, debemos concluir que no vale todo, que no vale toda técnica sino que sólo vale la técnica que tenga a las personas como objetivo: inventar la bomba atómica fue un prodigio técnico que hoy supongo que la mayor parte de la ciudadanía tacharía de monstruoso. Hoy existen servicios y tecnologías que son puros objetos de consumo para el mercado y que en su mayor parte además provocan graves impactos ambientales y merman nuestra salud. Y las personas que enferman por vivir en nuestra sociedad, sólo por hecho de “estar” en esta sociedad son el vivo retrato del fracaso del modelo económico».
Equivale a decir. Si bien la tecnología ha aportado numerosos progresos en el cuidado de la salud pública, no por ello todo lo que ella produzca debe ser aceptado sin más. El predominio de un modo de entender la producción (en este caso la de medicamentos) cuyo objetivo excluyente es el lucro, éste subordina todo a ese logro. Aparecen entonces maniobras non santas mediante las cuales se intenta vender hasta lo innecesario, que en este caso se convierte, como ya vimos, en la invención de nuevas enfermedades para las cuales ya se tiene preparado un medicamento específico.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

El poder de los laboratorios medicinales III

Las maniobras que ya fueron comentadas dan una idea de la cantidad de dinero que se mueve en este tipo de negocios. La doctora Teresa Forcades i Vila nos informa: «El extraordinario incremento de poder político y económico de las grandes compañías farmacéuticas estadounidenses se inició con la ley de extensión de patentes (Ley Hatch-Waxman) que la mayoría republicana de la era Reagan aprobó en 1984, y se consolidó con la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1994, destinada a asegurar que la globalización no atentara contra los intereses del gran Capital. Los márgenes brutos de esta industria son del 70 al 90% y su tasa de ganancias es la más elevada de todas (según la revista Fortune fue, en el año 2000, del 18,6%, versus el 15,8% de los bancos comerciales; la tasa de ganancias de Pfizer, la mayor compañía farmacéutica, fue en el año 2004 del 22% del total de las ventas, que fueron de 53 billones de dólares. A pesar de dichas ganancias billonarias, la carga impositiva de la industria farmacéutica es muy inferior a la media de las empresas (de un 16,2% versus el 27,3% del promedio de la gran industria), mientras que su principal producto (los medicamentos de receta) incrementa de precio muy por encima del nivel de la inflación (de un 6 a un 20% todos los años)».
Esto nos está poniendo en la pista de lo que se mueve en la compra de un medicamento que nuestro médico nos receta. Cuánto de negocio se agazapa detrás en los congresos, en las investigaciones “científicas”, en las publicaciones de tantas revistas [excepto las serias] en las que opinan profesionales al servicio de esas grandes empresas. Este negocio internacional tiene una plataforma de lanzamiento en los EEUU donde las prácticas de cabildeo de lobbystas profesionales, es decir de especialistas en conseguir que se aprueben determinadas leyes que faciliten, en este caso, el negocio de los laboratorios. «El lobby de las compañías farmacéuticas de EEUU (la PhRMA) contaba en el año 2000 con 297 lobbysters profesionales, es decir, uno por cada dos congresistas. Dicho número –que ya superaba en mucho el de cualquier otro grupo de presión –, ha sido triplicado en los últimos años, de modo que en 2002 la PhRMA financió el trabajo de 675 lobbysters, lo que significa que había, trabajando en Washington, más promotores de los intereses de las compañías farmacéuticas que congresistas. Ello ha hecho posible que esta industria consiguiera las ventajosas condiciones que le han permitido dominar progresivamente el mercado mundial: el 60% de las patentes de medicamentos son de EEUU, versus el 20% de la Unión Europea, y EEUU domina el mercado de los 50 medicamentos más vendidos (todos, blockbusters, es decir productos que pasan cada uno los mil millones de dólares de facturación)».
¿Qué consiguen estos profesionales de la presión a congresistas?: «Las exenciones y reducciones de impuestos y la multiplicación de leyes y pactos favorables a partir de la era Reagan muestran que la situación actual de desproporcionado privilegio de que disfruta la industria farmacéutica no es fruto del “libre mercado” sino de una política deliberada destinada a proteger una industria que en EEUU es tan estratégica como la del petróleo. En el año 2002, la suma de las ganancias de las 10 compañías farmacéuticas más importantes superó las ganancias combinadas de las otras 490 empresas que aparecen en la lista de las 500 industrias más provechosas de la revista Fortune (las 10 farmacéuticas más importantes, juntas, tuvieron un beneficio total de 35,9 billones de dólares y las restantes 490 empresas, juntas, tuvieron un beneficio total de 33,7 billones de dólares)».
La Dra. Marcia Agnell, editora jefe durante casi 20 años de la revista médica de mayor impacto, el New England Journal of Medicine, afirma: «Una industria con tal volumen de ganancias es como un gorila de 500 kg: hace lo que quiere». Y Philippe Pignarre, directivo durante diecisiete años de una gran compañía farmacéutica y actualmente profesor de la Universidad de París-VIII, insiste en que «el mercado no es ni ha sido nunca una realidad “natural” sino “cultural” o “social”, o sea, fruto de reglamentaciones y normas que no regulan una “realidad natural” previa al establecimiento de las normas sino que “hacen posible”, “dan a luz” o “modifican” una realidad intrínsecamente cultural. El mercado siempre tiene normas que lo regulan. El “mercado libre” (libre mercado) no existe; existe, eso sí, el “mercado salvaje”, es decir, el mercado regulado según los intereses del rey de la selva o del gorila de 500 kg, y el “mercado menos salvaje”, en el que las normas intentan atemperar la avidez de los más fuertes». La ley que impera es la del sagrado lucro.

sábado, 21 de noviembre de 2009

El poder de los laboratorios medicinales II

Quiero seguir contando lo que la Dra. Forcades i Vila denuncia en su trabajo. Un año después de lo relatado en la nota anterior, apareció un artículo en una revista especializada (JAMA) titulado Disfunción sexual en EE.UU.: prevalencia y variables predictivas. En él se afirmaba con seriedad científica que un 43% de la población femenina sufría la “nueva enfermedad” que se definía de acuerdo a lo que ya he mencionado antes: «Los pasos seguidos para identificar a la “población enferma” fueron los siguientes: 1) se elaboró una lista de siete “problemas” considerados cada uno de ellos de suficiente peso como para justificar el diagnóstico de la nueva enfermedad si una mujer los había presentado durante dos o más meses en el último año; 2) se pasó el cuestionario a una muestra de 1.500 mujeres; 3) se evaluaron los resultados de forma que responder “Sí” a uno solo de los ítems se consideró criterio suficiente para identificar la enfermedad».
Queda claro que la manipulación de las respuestas que conseguía la encuesta demostraría, precisamente, lo que se estaba buscando (¡las encuestas, las encuestas…!). Comenta nuestra autora que de este modo todas las mujeres que no habían sentido el deseo sexual durante dos meses o más, cualquiera fuera la causa de ello quedaban encuadradas dentro de la definición de la enfermedad. «Independientemente de si estaban de luto por la muerte de un ser querido, preocupadas por falta o por exceso de trabajo, atrapadas en una relación insatisfactoria o gozando de una etapa de plenitud interior», todas ellas eran consideradas enfermas afirma. Y agrega «Dos de los tres autores del citado artículo tenían vínculos económicos con laboratorios farmacéuticos».
Sigue: «El mismo año, 1999, tuvo lugar un tercer encuentro sobre el tema organizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, pero promovido y financiado por 16 compañías farmacéuticas. El 50% de los asistentes admitieron tener intereses en la industria farmacéutica. Del encuentro surgió el Forum para la Función Sexual Femenina, que celebró dos conferencias más en los años 2000 y 2001 en Boston gracias a la financiación de 20 compañías lideradas por Pfizer».
En el 2003 todas estas maniobras fueron denunciadas por Ray Moynihan en «una de las revistas médicas de mayor prestigio, el British Medical Journal. Los editores de la revista recibieron 70 respuestas con relación a ese artículo y las 2/3 de las respuestas fueron en apoyo de Moynihan» que recogían la indignación de los médicos ante esas maniobras comerciales. «En diciembre de 2004, la agencia reguladora de los medicamentos en EE.UU. impidió que se comercializara el primer medicamento destinado a sanar la “disfunción sexual femenina”... Los responsables de los estudios clínicos –todos financiados y supervisados por Proctor y Gamble [laboratorios]- habían presentado sus resultados de forma sesgada, de modo que lo que eran unos beneficios dudosos y unos más probables efectos secundarios peligrosos [cáncer de pecho y enfermedad cardiaca] se anunciaban como beneficios claros».
Concluye en esta parte la doctora: «La disfunción sexual femenina (como cualquier otra enfermedad) tiene que ser estudiada en función de los intereses médicos de las mujeres afectadas y no en función de los intereses económicos...». Yo comenté con algunos médicos esto y me contestaron que no era novedad, que cualquier profesional con años de práctica había ya visto muchas cosas como estas. Por ello cierro con estas palabras de la Dra. Forcades i Vila: «Si los médicos no colaborásemos con los abusos de las compañías farmacéuticas, esos abusos no acontecerían». Pero la connivencia de cierto sector de la profesión médica con las prácticas comerciales de los laboratorios internacionales, que no distinguen el manejo de mercancías en general con el que se aplica a los medicamentos reduce a estos al nivel de una mercancía como cualquier otra cuya función en el mercado es producir ganancias, sin más.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

El poder de los laboratorios medicinales I

Hoy los medios nos informan de una investigación que está realizando la justicia respecto a la venta y uso de medicamentos denominados “truchos”. Este es un problema serio, pero que detrás de se tipo de maniobras se esconden delitos muchos más graves y de dimensiones insospechadas que realizan los laboratorios medicinales. Hace unos años, como consecuencia de la lectura de un informe sobre el comportamiento de las empresas productoras de medicamentos escribí algunas notas al respecto. Hoy debo volver sobre el tema por nuevas denuncias de mayor gravedad. Lo que voy a contar se apoya en un folleto publicado por los jesuitas de Barcelona y su autora es una monja benedictina, doctora en medicina egresada de Harvard e investigadora, Teresa Forcades i Vila, quien ha venido sosteniendo una lucha con denuncias. En este folleto se dedica a contar algunas cosas que hacen los laboratorios más importantes del mundo. Por ejemplo, cuenta el éxito que Pfizer, la principal compañía farmacéutica de EEUU cuya página nos informa «La historia de Pfizer habla de asumir riesgos y aceptar desafíos. Esta breve reseña de lo que fueron sus hitos fundamentales, permite entender cómo la pequeña Empresa de ayer se convirtió en la poderosa Organización de hoy y remarca las fortalezas que están construyendo su futuro». Fundada en 1841 ha llegado a ser uno de los más grandes laboratorios del mundo. Su último éxito de mercado ha sido la presentación del Viagra, el fármaco fue patentado en 1996, y aprobado para su uso en disfunción eréctil por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) en 1998.
Así se convirtió en la primera pastilla aprobada para tratar la disfunción eréctil en los Estados Unidos, y allí se ofreció a la venta el mismo año. Inmediatamente se convirtió en un gran éxito: las ventas anuales de Viagra en el período 1999-2000 superaron los mil millones de dólares y había facturado tres años después de su aparición la cifra de 1.500 millones de dólares en el 2001. Las promesas de tales ganancias, que iban en aumento, movieron a los laboratorios a pensar la posibilidad de crear un Viagra femenino.
En tiempos en que se habla tanto de las multinacionales, de sus capitales, de sus maniobras ilícitas, de su expansión global que les da un poder con características casi divinas: son omnipotentes, omnipresentes y omniscientes, queda a la sombra un tipo de empresas cuyas producciones tienen una modalidad especial que consiguen por lo que fabrican. Los laboratorios medicinales gozan de una aureola diferente porque se dedican a investigar y producir cosas que están ligadas directamente a la vida y el dolor. Un mundo como el actual tan fascinado por los resultados de la tecnología le otorga a los medicamentos poderes casi mágicos. Los laboratorios no desperdician estos aspectos que el imaginario social guarda cuidadosamente. Por el contrario los explotan puntillosa y científicamente.
No debemos dejar de lado una amplia gama de instituciones que colaboran en la creación y en el mantenimiento de ese imaginario social. Éstas cubren un espacio que abarca desde academias, universidades, empresas productoras de tecnología medicinal, revistas especialidades, entre las más serias. Luego aparece el mundo que comercializa los medicamentos que no desprecia el marketing y la publicidad. De estos últimos es fácil suponer que no se detienen demasiado en el cumplimiento de las reglas éticas. Pero veamos a los laboratorios.
Como consecuencia del éxito del viagra se reunieron en Nueva York especialistas médicos para definir «el perfil clínico de la disfunción sexual femenina. La iniciativa, organización y financiación del encuentro corrieron a cargo de nueve compañías muy preocupadas por el hecho de que no existiera una definición de este trastorno compatible con un potencial tratamiento farmacológico. Los promotores de tal encuentro eligieron entre sus colaboradores directos las personas que debían asistir al mismo. El objetivo de la reunión era diseñar la estrategia adecuada para crear una nueva patología en función de los intereses económicos de la industria farmacéutica». Creo que se va entendiendo bien, era necesario crear una nueva patología para la cual luego se vendería el tratamiento adecuado. Sobre todo en un terreno tan publicitado hoy como lo es el sexo y el placer.
Sigamos leyendo: «Un año y medio más tarde, en octubre de 1998, se celebró en Boston la primera conferencia internacional para la elaboración de un consenso clínico sobre la disfunción sexual femenina. Ocho compañías financiaron esta conferencia y 18 de los 19 autores de la nueva definición “consensuada internacionalmente” admitieron tener intereses económicos directos con estas u otras compañías». Hasta acá vamos descubriendo dos verdades, celosamente ocultas por laboratorios, farmacéuticos y médicos como parte de este importante negocio internacional: la creación de una nueva enfermedad y la producción de los medicamentos adecuados para ella.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Políticos y empresarios S.A. III

Como se habrá entendido se desprende de estas notas una idea poco optimista respecto de la posibilidad de cambiar el mundo dentro de este sistema, que se ha dado en llamar el capitalismo global. Esto debe despertar en nuestras mentes todas las preguntas necesarias que abran espacios de reflexión sobre un tema de tal gravedad para el futuro del hombre. Sin embargo, me apresuro a decir que el riesgo que se puede presentar de inmediato es el escepticismo. Debemos estar muy alertas a no dejarnos tentar de seguir ese camino puesto que, de hacerlo, la derrota queda aceptada sin más alternativas. Nuestro desafío nos obliga a tomar nota de la realidad que nos circunda y descubrir las grietas que este sistema tiene. Si no las tuviera sería perfecto, pero ello no es una posibilidad en esta Tierra. Esta certeza nos abre el camino de la esperanza, necesaria para poder detectar cómo los tiempos llegan para ofrecernos oportunidades. Sigamos a estos investigadores para que nuestro diagnóstico de la realidad no sea errado.
«Cuando nos sentamos a escribir esta historia, teníamos en mente a algunos de los contratistas de guerra más obvios: Boeing, Lockheed Martin, General Dynamics, etc. Pero cuando terminamos, supimos por qué cada legislador invirtió en contratistas de Defensa pero además, porque el alcance de la guerra llegó a un punto en que involucró los servicios de corporaciones nada sospechosas, más bien inverosímiles, por ejemplo Pepsi y Johnson & Johnson. Significa que no sólo fue difícil que los legisladores evitaran poseer tales inversiones para lograr una cartera diversificada de primer orden. Los legisladores por supuesto continúan haciéndolo así y continúan aferrándose a estas inversiones: en 2007, sus activos relacionados con Defensa valían entre 5,3 y 11,1 millones de dólares (resulta imposible calcular el valor exacto)». Va a parecer ahora las contraprestaciones de estos negocios. Los legisladores no sólo se benefician personalmente de las corporaciones del sector Defensa, sino también políticamente. En los primeros tres meses de 2009, las compañías del sector aportaron casi 2 millones de dólares a los candidatos, a los comités de partidos y a los comités de acción política, con el 57% del total yendo a los demócratas. En el ciclo de la elección 2008, el sector entregó 23,5 millones de dólares. El representante John Murtha (demócrata por Pennsylvania), presidente del subcomité de Asignaciones de Defensa de la Cámara, recogió 2,6 millones, más dinero colectado del sector que cualquier otro legislador desde 1989. Murtha consiguió algo de leña -y mucha atención- este año por sus conexiones con la ahora difunta empresa de lobby PMA Group, investigada por el FBI por denuncias de violación de leyes de financiación de campañas. Los clientes de la empresa eran sobre todo compañías de Defensa que buscaron asignaciones del subcomité de Murtha».
La campaña del ahora presidente Obama sostuvo la necesidad de comenzar a traer las tropas de Irak, por ello se plantean nuestros investigadores: «será interesante averiguar si los legisladores continuarán invirtiendo en contratistas de guerra, especialmente si disminuye su necesidad durante los años que vienen (y, por lo tanto, los lucrativos contratos con el DoD)». Concluyen diciendo, con cierto aire de tarea cumplida: «Hemos quedado satisfechos de que la gran prensa principal se haya interesado en sus portadas por las finanzas personales de los legisladores, además de sus variadas conexiones financieras con la industria de Defensa. La prensa frecuentemente toma datos de OpenSecrets.org y cita informes nuestros como éste, incluyendo al Wall Street Journal, Washington Post, New York Times, prominentes bloggers y muchos “perros guardianes” (“watchdogs”, denominación que alude a los observatorios críticos de los medios). Es relevante que el público entienda la relación completa entre los legisladores y las compañías afectadas por sus decisiones legislativas. Sólo entonces el grueso público puede determinar si se están tomando decisiones basadas en el dinero o los méritos».
Me queda la idea de que estamos es deuda en este rubro.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Políticos y empresarios S.A. II

Por lo que pudimos saber en la nota anterior estamos en mejores condiciones para saber cómo funciona la política en la gran democracia del norte. Hace un tiempo atrás yo comenté una información que daba cuenta de que en ambas cámaras de ese país no había nadie que no fuera millonario. La información decía sin mayores comentarios que al Capitolio sólo se llegaba si se poseía una fortuna considerable, se decía que había que pertenecer al Club de los Hombres Ricos para poder tener pretensiones electorales. Estos millonarios son hombres de negocios, lo que no parece estar allá divorciado de la política, más bien lo contrario, y en función de tales es natural que busquen dónde invertir sus fortunas para seguir progresando en la vida, como desearía cualquier humano normal. Ahora bien, si se tiene amigos en las empresas ligadas al Pentágono, que cuentan con la certeza del pago de sus ventas por cuanto su cliente es el Estado y depende de parte de esos funcionarios que se ordene prioritariamente atender a esos menesteres administrativos y, por otra parte, esas licitaciones se resuelven dentro de ese Club por lo que las utilidades no sólo están aseguradas sino que son muy jugosas, cabe preguntarse ¿no tienen razón cuando dirigen sus fortunas hacia esas empresas? ¿el dinero no debe dirigirse hacia sus mejores oportunidades de lucro? Entonces, debemos aceptar una verdad clara que no admite dudas: eso es el capitalismo por lo que no debe sorprendernos nada.
Sigamos leyendo: «Las compañías que tienen inversionistas en el Congreso recibieron más de 275,6 mil millones de dólares del gobierno en 2006. El valor mínimo de las inversiones personales de los miembros del congreso en empresas contratistas de Defensa aumentó 5% entre 2004 y 2006. El senador demócrata John Kerry y el representante republicano James Sensenbrenner, considerados los dos miembros más ricos del Congreso, estuvieron entre los legisladores que entre 2004 y 2006 obtuvieron mayores ganancias por sus inversiones en corporaciones contratistas del ministerio de Defensa: Sensenbrenner ganó por lo menos 3,2 millones de dólares y Kerry cosechó un mínimo de 2,6 millones. La mayoría de los miembros de los comités del Senado de Relaciones Exteriores y de Fuerzas Armadas son inversionistas importantes en las compañías de Defensa, aunque los participantes en otros comités relacionados con Defensa también tienen inversiones semejantes».
Pero, a veces nuestras mentes estrechas nos hacen pensar que los soldados sólo necesitan armas y municiones. Ellos son humanos y tienen necesidades varias que resolver. «Como las operaciones militares en Iraq y Afganistán se ampliaron y transformaron, también necesitaron bienes y servicios que se extendieron más allá de helicópteros, vehículos blindados y armas. Las corporaciones gigantes ajenas al sector de Defensa, tales como Pepsico, IBM, Microsoft y Johnson & Johnson, también recibieron contratos del Pentágono y todas constituyen inversiones bastante populares entre los miembros de ambas ramas del Congreso y el público en general. Un portavoz de Sensenbrenner, quien apoyó la política de la administración Bush en Iraq, dijo que las acciones del representante fueron heredadas de sus abuelos y que son manejadas casi enteramente por sus consejeros de inversión. Según un portavoz del senador Kerry, quien fue particularmente crítico de la estrategia y las políticas de la administración Bush en Iraq, el legislador es beneficiario de inversiones de confianza de su familia que él no controla». Todo lo cual no significa que cuando actúan como representantes del pueblo de los EEUU y votan no tengan presente sus intereses financieros. Eso no impide que, estando en campaña electoral, no se digan otras cosas en sus discursos y declaraciones periodísticas. Pero ya se sabe: una cosa es hablar y otra cosa es votar.
Como ya quedó dicho esto es el capitalismo. Ahora debemos agregar que en tiempos de globalización las prácticas, los métodos, los estilos de negocios y de la política se expanden por todas partes, entonces…

sábado, 7 de noviembre de 2009

Políticos y empresarios S.A. I

Tienen razón algunos pensadores cuando afirman que no todo lo que ha impuesto la globalización es malo. Si aguzamos la inteligencia podemos comprobar que hay ventajas que se pueden aprovechar. Una de ellas es, por ejemplo, la aplicación del viejo refrán español: «pinta tu aldea y pintarás el mundo» que podemos traducirla a «cualquier aldea que pintes estarás pintando el mundo» o algo parecido. Todo esto viene a mi mente por la lectura de la información internacional que me recuerda la vieja leyenda de Holywood: «cualquier parecido con la vida real es mera coincidencia» que podríamos adaptar a nuestro tiempo diciendo: «todo parecido con alguna otra parte de la vida real no es mera coincidencia… es su resultado».
Está circulando una investigación muy detallada y con ribetes espectaculares que ha realizado un grupo de analistas: Greg Gordon, Lindsay Renick Mayer y Matt Taibbi que titularon Proyecto censurado. Ésta destapa una serie de negocios que deja a algunos de nuestros hombres de negocios como bebés. Veamos que nos informan y detengámonos a pensar: «Más de 151 miembros del Congreso -Senado y Cámara de Representantes- invirtieron hasta 195 millones de dólares en las mayores empresas contratistas proveedoras del ministerio de Defensa, obteniendo ganancias por la ocupación militar de EEUU en Iraq y Afganistán, según un estudio del Centro para la Política Responsable (CRP, por su sigla en inglés), un organismo independiente. Cuando en abril de 2008, el general David Petraeus, el más alto oficial del ejército de EEUU en Iraq, fue a la Colina del Capitolio para informarle al Congreso, en realidad se dirigió a unos legisladores que tenían mucho más que una preocupación política por la invasión de Iraq. Los mismos senadores y representantes que convocaron a informar al general y al embajador de EEUU en Iraq tenían millones de dólares de dinero propio invertido en corporaciones que participan del negocio de la guerra como proveedoras al departamento de Defensa (DoD, por su sigla en inglés, conocido también como el Pentágono)».
Por estas tierras marginales algunos dirigentes y funcionarios reciben coimas por favores prestados. En los países del Primer Mundo, mucho más evolucionado que por acá, participan en sociedad con los empresarios de modo tal que han dejado la tecnología coima como una modalidad antigua o para pobres. La capacidad de invertir en sus propios países habla del patriotismo de estos hombres de la política, puesto que se preocupan por el desarrollo nacional. «En 2006, las carteras de inversiones de 151 miembros activos -más de la cuarta parte del Congreso, que tiene 100 senadores y 435 representantes- tenían entre 78,7 y 195,5 millones de dólares invertidos en corporaciones que suscriben contratos con el Pentágono por cantidades superiores a 5 millones de dólares. Las carteras de inversión incluyen participación en compañías del complejo militar-industrial que cada mes reciben miles de millones de dólares por fabricar y vender a las fuerzas armadas de EEUU casi todas las aplicaciones militares, desde aviones y armas a suministros médicos y refrescos».
Es tal el orgullo que tienen por la promoción del desarrollo nacional que hacen público (o al menos estos investigadores lograron saberlo) dónde invierten y los montos que colocan: «Entre los legisladores que han invertido su dinero en corporaciones contratistas del DoD se encuentra John Kerry, senador demócrata por Massachusetts y candidato presidencial en 2004, hasta con 38.209.020 dólares; el representante republicano por Nueva Jersey Rodney Frelinghuysen, con 49.140.000 dólares; el representante republicano por Carolina del Norte Robin Hayes, con 37.105.000; el representante republicano por Wisconsin James Sensenbrenner Jr., con 7.612.653; el representante demócrata por California Jane Harman, con 6.260.000; el representante republicano por Michigan Fred Upton, con 8.360.000; el senador demócrata por West Virginia Jay Rockefeller, con 2.000.002; el representante republicano por Wisconsin Tom Petri, con 5.800.000; el representante republicano por Texas Kenny Ewell Marchant, con 1.163.231; y el representante republicano por Texas John Carter, hasta con 5.000.000».
Si en los sesenta-setenta se oía decir: «Lo que es bueno para la General Motor es bueno para los EEUU» hoy se puede decir consecuentemente: «Lo que es bueno para los negocios de la guerra es bueno para los políticos». Creo que se puede entender mejor por qué las guerras no paran. Sencillamente ¡son un buen negocio!

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La Sociedad Interamericana de Prensa en Argentina… alerta

Se puede leer en la página de La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que «celebrará en Buenos Aires, entre el 6 y el 10 de noviembre, su 65ª Asamblea General». Es necesario comentar, lo que tal vez una porción importante de los que tengan unos cuarenta años o menos no recuerden o no sepan, que esta institución tiene una larga y terrible historia. Su página habla de una invitación a sus socios: «Estimados socios y amigos de la SIP: Por tercera vez en su historia, la SIP programa su Asamblea General en Buenos Aires, después de 41 años de haber estado allí, en 1968… Un formidable y muy efectivo Comité Anfitrión se encuentra desde hace meses planificando cada detalle del evento. La Asamblea se ha programado celebrar en el exclusivo hotel Hilton Buenos Aires, de Puerto Madero, uno de los lugares de mejor ubicación en la capital federal, frente a la Casa Rosada, sede del gobierno nacional». Esta institución confiesa que durante un largo periodo no tomo a Buenos Aires como lugar de reunión ¿será porque los gobiernos de esas épocas no le generaban mayores preocupaciones? No es fácil contestar esto, la pregunta queda flotando, pero no debemos dejar de hacerlo respecto a ¿por qué ahora?
Nos dice el profesor de la Fundación Federico Engels - Universidad de la Filosofía, Fernando Buen Abad Domínguez, que: «No es ocioso insistir en denunciar que la SIP se reunirá en Buenos Aires para fortalecerse, hacer visibles sus tareas organizativas y sus odios de clase más obvios. No es inútil insistir en caracterizar esta “reunión” como un bastión de las oligarquías mediáticas argentinas para alentar ofensivas semióticas contra, por ejemplo, la nueva (y aun imperfecta) ley de medios audiovisuales, contra la reforma política en debate y contra todo lo que suene, así sea tenuemente, a democratización de las herramientas de producción comunicacional. Ah, y desde luego, lloriquearán, como es su costumbre por la “libertad de expresión” que ellos mismos combaten, cancelan y asesinan. Será el show de la hipocresía».
¿Quiénes la conforman? «Esta Sociedad Interamericana de Prensa reúne a los más conspicuos propagandistas de los golpes de estado y de los magnicidios. Son los dueños de periódicos que con el pretexto de defender la “libertad de expresión”, se dedican a invisibilizar, criminalizar y difamar toda iniciativa democrática. Sirvientes mediáticos de las oligarquías golpistas en todo el continente». Esta institución fue creada en Nueva York en 1950 por el agente de la CIA Jules Dubois. Es uno de los frentes más visibles de las burguesías latinoamericanas y de sus monopolios propagandísticos mercantiles. Se puede encontrar en su directorio los apellidos más conspicuos de las peores derechas que ostentan ser los dueños de las cadenas de diarios y medios en general de nuestro continente. Su tarea primordial consiste en idear, organizar y ejecutar agresiones de todo tipo contra la clase trabajadora incluyendo traiciones descaradas contra la voluntad democrática de los pueblos y el asesinato de los líderes y descarrilamiento de las revoluciones. Son los mejores y más dispuestos personeros de las políticas del Departamento de Estado norteamericano y de los servicios de inteligencia yanquis contra el avance de los pueblos.
Por la SIP pasan o se originan todas las campañas sistemáticas de difamación y golpes de estado de la mano del Grupo Prisa y TELEVISA, Globovisión, Clarín, Mercurio, O GLOBO... consorcios mediáticos monopólicos que operan en España, Estados Unidos, México, Panamá, Costa Rica, Colombia, Argentina y Chile... «Es alma Mater del consenso de Miami que aglutina, incluso, arietes de la farándula servidores de la CIA como Gloria Stefan, quien junto a su marido, empresario del espectáculo, han confesado sus habituales contactos con la CIA». Se declaran enemigos de los gobiernos de Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, pero no han dicho una solo palabra respecto de los atentados contra la libertad de prensa en Honduras. La SIP es un instrumento de la manipulación de información al servicio de las más negras intenciones de la Casa Blanca y de los oligarcas dueños de los monopolios mediáticos. Su táctica es la falsificación de la realidad, la tergiversación de las ideas democráticas y la invisibilización de las luchas. Usan los medios para sembrar el terror y para descarrilar los procesos democráticos ocurran donde ocurran.
Esta historia apunta a que nos preparemos a escuchar en los medios de siempre, los que se oponen a la Ley, entrevistas anunciadas con bombos y platillos a esos personajes, o a sus empleados, opinar sobre aspectos de la política argentina. «Se abrazarán a las banderas más devaluadas de su lucha empresarial y rasgarán sus vestiduras ayudados por “intelectuales” locales que suelen ser serviles lebreles de las canalladas más obscenas, impúdicas e impunes. Muchos de ellos nostálgicos de la dictadura y de sus “leyes” de comunicación». Debemos estar atentos para que no nos tomen descuidados y logren confundirnos un poco. Ese es nuestro deber.

martes, 3 de noviembre de 2009

Las ideas de los patrones de estancias

Yo no sé si es una opinión mía que va ganando mi espíritu en estos últimos tiempos o si, por el contrario, refleja un proceso que llevaría mucho tiempo estudiar. Como no dispongo del tiempo para emprender una tarea de esa magnitud me disculpo de expresar algo que es una apreciación personal para que quien me lea la analice y decida. Hace unas décadas atrás, no tantas, cuando en la Argentina se leían manifestaciones de diversos dirigentes de las derechas de América daba la impresión de que se decían cosas muy burdas, poco elaboradas, mucho menos refinadas por personas de buena formación. Sonaban a “patrón de estancias” hablando de sus peones o de sus ganancias sagradas que alguna ley, ligeramente progresista, osaba rebanarles algo. Hoy leer como se expresan en Honduras los golpistas, sus argumentaciones, sus conclusiones nos retrotraen a lo peor del siglo XIX.
Sin embargo, en aquella Argentina de mitad del siglo XX en adelante, se podía escuchar a los representantes de esas derechas, hombres más moderados (aunque sólo lo fueran en los modales), más cultos (aunque usaran su cultura para encubrir sus ambiciones) y más equilibrados y maduros para aceptar un diálogo que acercara posiciones con quienes no pensaban como ellos. Hoy todo ello se ha perdido. Los políticos de la oposición recalcitrante en nada se parecen a aquellos diputados o senadores de hace alguna años. Hoy muestran una conducta por la que exhiben tan poco pudor como para desdecirse de algo que han sostenido tan poco tiempo atrás, y argumentar con la misma vehemencia o, tal vez, más porque es necesario gritar para que no se oiga lo que había sido dicho. Y no se trata de discursos improvisados sino de proyectos presentados en ambas cámaras de los cuales se desentienden. Vuelve a mi memoria la figura del maestro Casullo cuando nos advirtió de los discursos destituyentes. Sus palabras levantaron mucho repudio pero poca argumentación seria. Es que no era sencillo refutar la elaboradísima cultura y su fina pluma. Nadie de los que gritan estaba en condiciones de sentarse a debatir con él de temas serios. Volvamos a las palabras destituyentes.
Recojo de la prensa la información de lo que se dijo en el 45º Coloquio Anual de IDEA, que ha padecido el mismo deterioro intelectual que se puede encontrar en la dirigencia política. Y esto es grave porque gran parte de los que allí se reúnen son los que dictan líneas de acción respecto de la política y la economía de nuestro país, cosa que muchos de nuestros dirigentes siguen al pie de la letra. Un caso público de primera línea es el presidente de la Sociedad Rural Argentina (institución de triste historia, acompañante de todos los golpes militares). Leamos: «Biolcati se mostró nuevamente desbocado. Aseguró que se siente “demonizado” por “ganar dinero” e instó a los dueños de las empresas a involucrarse más en las decisiones y menos en aparecer en las fotos con los funcionarios de turno. Biolcati señaló al “Estado” como el “enemigo común” de los productores agropecuarios e industriales. El titular de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, quien compartió el panel con Biolcati, intentó morigerar esa provocación. Si bien se mostró partidario de una relación más fluida entre el campo y la industria, consideró que debe servir para generar propuestas».
Según la información era éste el panel más esperado por los concurrentes, lo que habla claramente de donde se ubica la dirigencia empresaria. Este dúo: «No defraudó para deleite del establishment. Los expositores reflejaron que hace tiempo que dejaron las diferencias de lado y que se posicionan como un nuevo grupo de presión: quieren reflotar el Grupo de los Siete. Ese nucleamiento lo integran además bancos, cámaras de comercio y de construcción y la Bolsa». Este es el pretendido gobierno paralelo pero no “de las sombras” se exponen a plena luz del día.
Obsérvese el tono de patrón: «El empresario sólo responde a esas agresiones para defenderse… en el país no existen ya grandes productores sino “medianos” y “pequeños”. De todos modos, el campo es menos “vulnerable” que otras actividades y que “puede plantarse ante un gobierno”. “Lo que se necesita es un sistema entre nosotros, un mayor involucramiento del mandamás en las decisiones. No puede ser que el CEO de una empresa decida algo mientras el dueño se reúne con el Gobierno para la foto», dijo Biolcati. ¿Por qué hoy pueden ponerse de acuerdo? «Nos junta el enemigo común, el Estado, que se está quedando con la renta y con las empresas, con las nuestras y con las de ustedes».
Si se entiende bien, no quieren pagar impuestos. Los irrisorios que pagan en la provincia de Buenos Aires no admitieron una suba y se plantaron. Hay campos que pagan menos que un departamento de dos ambientes en Capital. Creo que queda claro es un retorno ideológico al siglo XIX, eso proponen. Para lograrlo no tiemblan en provocar un golpe de Estado.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Vidas paralelas, pero no tanto… II

Les propongo seguir los detalles del debate en los EEUU y hacer el ejercicio de los paralelos: «El obstáculo fundamental a una reforma en este país desde hace décadas es, por un lado, que el negocio de la salud es inmensamente lucrativo y, por otro, el poder del extraordinario mito de que la participación gubernamental es casi antiamericano, o socialismo. El gasto nacional en salud representa 17.6 por ciento del PIB (una sexta parte de la economía), mucho más que cualquier otro país industrializado. Per cápita, este país gasta el doble de cualquier otro país avanzado en salud, con proyecciones de gasto nacional para este año de 2.5 billones de dólares. El lucro de este sistema es astronómico para las aseguradoras, las farmacéuticas y los hospitales privados, quienes están haciendo todo para limitar, sino es que descarrilar toda reforma.
Pero para todos los demás, el sistema es cada vez más absurdo. Para la vasta mayoría de los estadunidenses, los costos de salud en 2007 por hogar ascendieron a 15 mil 369 dólares en promedio, lo que representa casi la mitad de los ingresos de esos hogares, reportan los Centros para Servicios de Medicaid y Medicare, citados en The Nation. Unos 72 millones de estadunidenses de menos de 65 años de edad reportan problemas para pagar sus cuentas médicas (60 por ciento de éstos tenían seguro médico), informa The Commonwealth Fund.
El costo social es obsceno: en el país más rico del mundo, 46 millones de personas no tienen seguro de salud, y millones más tienen un seguro insuficiente, lo que provoca que no sean atendidos cuando es necesario y debido. Se calcula que unas 18 mil personas mueren cada año como resultado directo de no tener un seguro, según el Instituto de Medicina. Aunque hay consenso en que la elección de Obama junto con las mayorías demócratas en ambas ramas del Congreso ofrece tal vez la mejor oportunidad para promover una reforma integral por primera vez en décadas, aún no está claro que se logrará. La clase política, con el intenso cabildeo multimillonario de algunos de los sectores privados más poderosos del planeta, efectivos ataques de la derecha y la masiva influencia empresarial, está negociando qué tanto diluir las propuestas de una reforma integral, incluso reduciendo a lo máximo la participación gubernamental».
El juego consiste ahora en agregar a la traducción la sustitución de palabras que propongo y colocarlas en el lugar que corresponda: “fútbol”, “canales de televisión”, “emisoras de radio”, “programas de debate político sin limitación de invitados”, “publicidad engañosa”, “zócalos en TV distorsionantes y mentirosos”, etc., agréguese lo que esté faltando. Sigamos el juego.
«Hoy, senadores de ambos partidos que negocian las propuestas en la Cámara alta dieron a entender que el precio para lograr una reforma es descartar la llamada opción pública. Esa iniciativa promovida por Obama, tras sacrificar la propuesta de cobertura universal de un solo pagador (estilo Canadá), propone crear una aseguradora del gobierno que competirá con las privadas para reducir costos y garantizar un seguro mínimo para todos los estadunidenses. Esta noche, Obama reiteró su preferencia por la opción pública, pero en uno de los puntos más observados de su discurso no la colocó como una condición no negociable para la reforma.
Si se sacrifica la opción pública, hasta revistas como Business Week indican que asegurará que cualquier reforma que promueva el Congreso este año acabará ayudando en lugar de dañar a las grandes empresas aseguradoras. Obama concluyó su mensaje homenajeando al recién fallecido senador Edward Kennedy, y recordó que él le había dicho que tal vez este año se lograría alcanzar su sueño de toda la vida, una reforma integral de salud con el objetivo de la cobertura universal, la gran tarea inconclusa de este país». Podemos concluir: hasta ahora nos fue mejor acá de lo que parece va a suceder allá.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Vidas paralelas, pero no tanto… I

En una nota publicada por La Jornada de México el periodista David Brooks de ese país, corresponsal del diario en los EEUU, le pone por título Obama se juega la presidencia con su reforma al sector salud. ¿Deberíamos entender que se está produciendo un intento de desestabilización a su gobierno? Para usar una palabra que el insustituible Nicolás Casullo lanzó al ruedo ¿se está promoviendo una acción destituyente? Entonces deebríamos preguntarnos qué es lo que está en juego allá. Este periodista comienza a desenvolver la madeja: «El grado de intervención estatal en el sector, es el punto más controvertido de su propuesta. En la mayoría de hogares estadunidenses los gastos médicos rebasan 15 mil dólares anuales. El presidente Barack Obama se está jugando su presidencia por una reforma cuyo objetivo es ofrecer acceso a los servicios básicos de salud a casi todos los estadunidenses, y a la vez reducir los costos exorbitantes del sistema más caro e ineficiente del mundo». Sugiero una traducción al idioma argentino: los servicios de audiovisuales son muy caros y no permiten el acceso de todos a la buena información.
«Obama ofreció un discurso ante una inusual sesión conjunta de las dos cámaras del Congreso, donde intentó reconquistar el terreno político sobre la reforma, al hablar no sólo a los legisladores, sino a la población en un acto transmitido en cadena nacional. Y es que enfrenta un desplome en su índice de aprobación, una opinión pública cada vez más cínica de que Washington pueda lograr algo, y cierto éxito de la derecha en generar temor y confusión en el debate nacional sobre las propuestas de la reforma (a la que incluso han calificado de proyecto socialista, donde el gobierno determinará quién vive y quién muere), todo lo cual amenaza con descarrilar esta iniciativa». Digamos como en las películas: “Cualquier similitud con la vida real (Argentina) es mera coincidencia”.
«Al señalar que había transcurrido casi un siglo durante el cual una fila de presidentes han buscado reformar de manera integral el sistema de salud, Obama dijo no soy el primer presidente en tomar esta causa, pero estoy determinado en ser el último. Indicó que su propuesta cumple con tres metas: mayor seguridad y estabilidad a los que ya cuentan con seguros de salud, otorgar seguros a los que no tienen, y reducir los costos de salud para las familias, los negocios y el gobierno. Somos el único país avanzado, el único país rico en el mundo que permite tales penas para sus ciudadanos, dijo, al recordar los millones de habitantes sin seguro de salud y sin acceso a servicios médicos básicos, o los que están al borde del desastre financiero en caso de enfermedad. Una vez más subrayó que el sistema de salud y sus costos ponen en jaque no sólo el bienestar social, sino toda la economía, y por lo tanto es urgente actuar». Cada lector puede hacer el ejercicio de traducción que más le guste.
«Denunció las tácticas de miedo que sus opositores han promovido sobre sus propuestas, y convocó a un debate honesto y bipartidista. Pero a la vez declaró que la hora de los juegos ha pasado. Ahora es la temporada de la acción. Advirtió: no desperdiciaré tiempo con aquellos que han hecho el cálculo de que es mejor política matar este plan en lugar de mejorarlo. No me quedaré inmóvil mientras los intereses especiales emplean las mismas viejas tácticas para mantener las cosas exactamente como están. Pero no se sabe si todo esto será suficiente, y muchos liberales y progresistas ya expresan su desencanto porque Obama y su equipo han cedido tanto en negociar la propuesta de reforma que el resultado final podría ser un triunfo casi vacío.
El punto más controvertido en las negociaciones de la cúpula política es el grado de intervención estatal en el gran negocio que es la salud en esta economía, con el objetivo de lograr la llamada cobertura universal de la población, o sea, que todos cuenten con un seguro de salud. Los reformadores dicen querer acercar a Estados Unidos al resto de los demás países desarrollados. Pero casi todos éstos cuentan con alguna forma de cobertura universal manejada por entidades gubernamentales. Algo así parece casi imposible aquí. En su lugar, Obama propuso esta noche una serie de medidas para obligar a las aseguradoras a otorgar servicios más accesibles a las mayorías, con condiciones legales para garantizar cobertura y limitar sus maniobras para suspender o cambiar el tipo de cobertura, junto con mecanismos, tal vez hasta públicos, para buscar formas de ofrecer seguros a casi todo ciudadano que no puede comprarlo en el mercado privado». Todo parecido es mera casualidad

domingo, 25 de octubre de 2009

Cualquier semejanza con la vida real es…

El tratamiento de la ley de servicios audiovisuales nos permitió (o nos sometió a) escuchar los distintos argumentos (deberíamos ser más exigentes con el uso de este vocablo) algunos de los cuales sostenían posiciones contrarias a las que ellos habían presentado en sus proyectos de ley (el caso más triste, tal vez, es el de la senadora María Eugenia Estenssoro quien propuso en su proyecto lo mismo que ahora ataca con mucha ferocidad ¿tendrá mala memoria?). Creo que, y espero no ser demasiado duro, hemos asistido a una exposición de travestismo ideológico sin el menor pudor. Se pueden decir cosas opuestas con la misma pretendida seriedad argumental según lo indique el cambio climático. Hemos podido aprender que hay convicciones de otoño, otras de invierno, nos falta conocer las de la moda primavera-verano. Claro que puede haber algún mal pensado que se atreva a decir que no se trata de convicciones sino de intereses. Les ruego me permitan mantenerme en mis ingenuidades. Porque donde sí se pueden encontrar intereses, y muy fuertes, es en el gran país del norte, según nos cuenta la Sra. Amy Goodman, una periodista egresada de la universidad de Harvard, fundadora en 1996 en New York de la radio Democracy Now. Veamos:
El equivalente a la ley de servicios audiovisuales aquí es la nueva ley de sistemas de salud allá. «Esta semana, mientras la Cámara de Representantes y el Senado presentan sus proyectos de ley sobre el sistema de salud, Potter [Wendell Potter es la peor pesadilla de la industria de los seguros de salud] señaló: “La industria de los seguros de salud se ha venido anticipando a este debate sobre el sistema de salud desde hace muchos años... y se ha posicionado para estar muy cerca de los miembros influyentes de ambos partidos en el Congreso”. El senador de Montana, Max Baucus, preside el Comité de Finanzas del Senado, clave para la reforma del sistema de salud. Potter prosiguió: “Las industrias de seguros, la farmacéutica y otros involucrados en el sector de la asistencia médica han donado millones de dólares a sus campañas en los últimos años. Pero, además del dinero, son las relaciones las que cuentan, y por eso la industria de seguros contrató a muchos, pero muchos lobbistas, algunos de los cuales trabajaron para miembros del Congreso”».
Se podrá pensar: pero ¿cómo? ¿Allá hay gente que trabaja de “modificador de convicciones”? Es una profesión que acá no conocemos. Allá es legal y hay muchos de ellos en ambas cámaras del Congreso norteamericano. «La industria de los seguros y otros grupos que tienen intereses económicos en el ámbito de la salud cabildean muy fuerte [es decir conversan con los representantes del pueblo] contra la opción de seguro de salud público sin fines de lucro que propone el gobierno, y están gastando, según el Washington Post, un millón 400 mil dólares al día para persuadir al Congreso y a la opinión pública». Sugiero detener la lectura para poder metabolizar la cifra adecuadamente. Sigamos: «No nos dejemos engañar. La negativa de las empresas de seguro médico a proporcionar a sus clientes la cobertura requerida mata gente, y Wendell Potter conoce todos los secretos. Sus denuncias podrían ser justo lo que se necesita para desechar por fin lo que está “enfermo” en nuestro sistema de asistencia de salud». Podríamos decir, parafraseando al presidente Alfonsín: “¡Un señor Wendell Potter por aquí, por favor!”.
En una nota de Alfredo Zaiat sobre las posibilidades de provocar algún cambio en el sistema financiero internacional nos informa sobre quiénes son los funcionarios del gobierno del presidente Obama: «Tim Geithner, secretario del Tesoro, Mark Patterson, jefe del staff del Tesoro, Larry Summers, asesor de Obama, Hill Dudley, de la Reserva Federal de Nueva York, y Gary Gensler (CFTC). Todos ellos tienen la particularidad de que su origen laboral ha sido Goldman Sachs, con la excepción de Summers, aunque éste ha sido el protegido de Rubin. O sea, los mismos que han sido responsables de exacerbar la burbuja financiera que provocó la peor crisis desde la depresión del ‘30 del siglo pasado son los que lideran la estrategia para superar la actual debacle. No hay que ser desconfiado para dudar acerca de que ese equipo con la casaca de Wall Street vaya a realizar transformaciones profundas en el funcionamiento del capitalismo global».
Dos economistas nuestros Alejandro Vanoli y Augusto Magliano (h) sostienen: «el neoliberalismo ha acumulado demasiado poder y recursos desde los ’80, que le permiten asegurar su existencia y reproducción tal como se observa en la actualidad, donde hay mayor concentración del capital y ganancias record luego de la crisis más importante desde la década del ’30”». La frutilla del postre: Goldman Sachs es uno de los dueños del Grupo Clarín.

jueves, 22 de octubre de 2009

¿Otro tipo de Banelco en los EEUU?

En una nota de investigación, publicada en www.observatoriodelacrisis.org y en Argenpress, que lleva por título ¿Cómo Wall Street domina al gobierno de EEUU? aparecen informaciones muy interesantes que nos permiten comprender mejor cómo funciona hoy el capitalismo global. Vamos a leer algunos párrafos porque me parecen muy iluminadores: «Senadores y diputados responsables de supervisar la economía de EEUU han recibido millones de dólares de las empresas de Wall Street. Desde 2001, ocho de las empresas más cuestionadas han donado 64,2 millones de dólares a los candidatos del Congreso, a los candidatos presidenciales y a los partidos Republicano y Demócrata. Senadores como Barack Obama y John McCain recibieron un total combinado de 3,1 millones de dólares. Los donantes incluyen a los bancos de inversión Bear Stearns, Goldman Sachs, Lehman Brothers, Merrill Lynch, Morgan Stanley, la aseguradora American International Group y los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac». Debemos recordar que algunas de esas empresas fueron arrasadas por la crisis financiera reciente. Uno debe preguntarse ¿por qué ponen dinero? Leamos.
«Algunos de los beneficiarios más relevantes recibieron contribuciones de compañías que a su vez recibieron dinero fiscal aprobado en el paquete gubernamental de ayuda financiera conocido como TARP (por su sigla en inglés) aprobado por los mismos miembros del Congreso que ocupaban cargos en los comités encargados de regular al sector financiero y de supervisar la eficacia de este programa de apoyo gubernamental sin precedentes. En total, los miembros del Comité del Senado sobre Actividades Bancarias, Vivienda y Asuntos Urbanos, Comité de Finanzas del Senado y Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes recibieron 5,2 millones de beneficiarios del TARP en el ciclo electoral 2007-2008. El Presidente Obama recolectó por lo menos 4,3 millones entre empleados de estas compañías para su campaña presidencial. Casi cada miembro del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, que en febrero de 2009 supervisaron en audiencias públicas cómo serían gastados los 700 mil millones de dólares del TARP aprobado con urgencia, recibió contribuciones asociadas a estas corporaciones financieras durante el ciclo 2008 de la elección. “Podría decirse que la industria de las finanzas consiguió su dinero con el apoyo de los miembros del Congreso que estuvieron dispuestos a mirar a otro lado”, dijo Lawrence Jacobs, director del Centro de Estudios Políticos y Gobernabilidad de la Universidad de Minnesota».
Acá se nos presenta una incógnita (que tal vez no sea tanto) cuando nos preguntamos cómo es que una crisis de la dimensión de la que azotó al mundo en 2007/8 no pudo ser advertida ni detenida. Cuando vemos los resultados desastrosos que pagaron, una vez más, los más débiles uno se pregunta ¿les interesa tan poco, son ignorantes, son miopes…? algo de todo ello, en diferentes combinaciones, debe haber. Pero ahora nos enteramos que además hay otro ingrediente fundamental: corrupción. «Por ejemplo, en 2004 cuando la Comisión de Valores y Bolsa adoptó un cambio importante de la regla que liberó a los bancos de inversión de resguardar diez mil millones de dólares en dinero prestado en hipotecas desvalorizadas [“subprime”] y otros juegos aventurados, los comités de actividades bancarias del Congreso no llevaron a cabo ninguna audiencia sobre este descuido. La inactividad del Congreso impidió regulaciones para prevenir prácticas depredadoras de los prestamistas y también permitió que los agentes de hipotecas ganaran elevadas comisiones por la venta puerta a puerta de préstamos hipotecarios a compradores de viviendas insolventes».
Cuando entre nosotros se oye decir una frase tan repetida por los medios y asumida por mucha gente: “En ningún país como éste pasan esas cosas…” con lo que se pretende decir que estamos en el peor de los mundos y al mismo tiempo se habla maravillas del país del norte podemos concluir: ¡cuánta ignorancia cultivada meticulosamente por medios y sus seguidores! ¡Cuánta manipulación de la opinión pública al servicio de los peores intereses! La vieja sabiduría nos dice: «En todas partes se cuecen habas». No debemos olvidarlo, no para perdonar o minimizar nuestros problemas, sino para tener conciencia del mundo que habitamos.

domingo, 18 de octubre de 2009

Cómo funcionó la banelco en otros pagos

El poder del dinero de Wall Street es tan grande y llega hasta los rincones menos pensados. Algunos dirigentes políticos han intentado resistir ese tipo de tentaciones, pero la abstinencia financiera tiene sus consecuencias. Las campañas son cada vez más costosas y sin una publicidad política adecuada desaparece del escenario político aquel que intenta acceder a algún cargo. Eso ¿tendrá alguna correlación con lo que sucede en nuestro país? El tratamiento de la Ley de servicios audiovisuales, las resistencias que aparecieron, los incomprensibles discursos de algunos de los miembros de la oposición ¿tendrá alguna relación con este tema? Veamos qué se cuenta allá en el norte.
«El periodista Matt Taibbi, escribió que parte de la venta más notoria del gobierno de EEUU a Wall Street se concretó a fines de los años noventa, cuando “los demócratas, cansados de morir barridos por los republicanos en la arena de la recolección de fondos, decidieron relanzar su vieja confianza en las uniones corporativas y grupos de interés y hacerse más amistosos hacia los negocios. Wall Street respondió inundando Washington con dinero, comprando aliados en ambos partidos”. En el período de diez años que comenzó en 1998, las compañías financieras pasaron 1,7 mil millones de dólares en contribuciones para campañas federales y otros 3,4 mil millones dólares en pagos a cabilderos o lobbystas. Las sabias inversiones políticas de los grandes banqueros de EEUU les permitieron desechar con eficacia cualquier descuido significativo de la industria financiera».
Las reglas del funcionamiento de los EEUU permiten la existencia legal de los «cabilderos o lobbystas», es decir de profesionales, de lo que llamaríamos en nuestro lenguaje, el apriete. Se podría pensar en tablas de cotizaciones en las cuales se valora la ley a sacar y el costo de ella que tiene su tratamiento. No hace tanto tiempo, no debemos olvidarlo, la Ley de Flexibilidad Laboral se consiguió con un trámite no muy diferente. Algunas denuncias declararon que el Ministro de Trabajo de aquel entonces dijo que los votos los conseguía con la banelco. ¿Habremos aprendido del norte? «En 1999, el senador republicano por Texas Phil Gramm copatrocinó una iniciativa que revocó los aspectos claves de la ley “Glass-Steagall Act”, que desde la Gran Depresión impedía que los bancos ingresaran al negocio de los seguros. Al año siguiente, Gramm redactó una nueva legislación arrolladora llamada “Commodity Futures Modernization Act”, que hizo imposible regular los intercambios de créditos “swaps” [permuta financiera] y otras jugadas poco seguras. Así fue desregulado el aventurerismo en la comercialización del crédito. En 1997 y 1998 –los años iniciales de la reforma de Phil Gramm que destripó la ley “Glass-Steagall”– las industrias bancarias, de corretaje y aseguradoras gastaron 350 millones de dólares en contribuciones políticas y en cabildeo. Gramm, entonces presidente del Comité de Actividades Bancarias del Senado, recolectó 2,6 millones de dólares en solamente cinco años. La ley 90-8 fue aprobada en el senado con el apoyo de 38 demócratas, incluyendo a Joe Biden, John Kerry, Tom Daschle, Dick Durbin y John Edwards. La ley ayudó a crear los fracasados grandes monstruos financieros del tamaño del Citigroup, de AIG y del Bank of América, y a la vez ayudó a esas compañías a demoler lentamente a sus competidores más pequeños, dejando a las principales empresas de Wall Street con aún más dinero y poder para cabildear en favor de más desregulación adicional».
Equivale a decir, la corrupción política abrió las puertas de entrada a negocios desregulados, sin control de ninguna institución ni organismo especializado, por la que entraron los especuladores más desaprensivos que empujaron el sistema financiero al abismo del que todavía no hemos podido salir. Se podría pensar que lo que pasó hizo recapacitar a los dirigentes políticos más cercanos al centro del poder de los EEUU y ahora se está estudiando cómo evitar situaciones similares. Pues no. «A comienzos de 2009, se inventó una nueva serie entera de operaciones del gobierno para inyectar dinero en efectivo a la economía, la mayoría de ellas bajo control totalmente reservado al sector financiero. Mientras el resto de EEUU y la mayor parte del Congreso han estado alardeando sobre el programa urgente de 700 mil millones de dólares de ayuda denominado TARP, los nuevos organismos recientemente creados en el zoológico de la Reserva Federal (FED, por su sigla en inglés) han estado bombeando discretamente, no miles de millones sino millones de millones de dólares, a las manos de las empresas privadas (por lo menos 3 millones de millones [billones españoles, equivalentes a “trillones” estadounidenses] de dólares hasta ahora en préstamos, con otros tantos 5,7 billones adicionales en garantías de inversiones privadas)».
No debemos desesperar, pero sí tomar conciencia de las enormes dificultades que aparecen en el camino de los que intentan cambiar el rumbo de la concentración económica. Argentina no es una excepción.