El título de esta
nota remite a una obra del filósofo alemán Oswald Spengler[1] (1880-1936) publicada en
Alemania durante la Primera Guerra. Se debe recordar que la crisis de la Bolsa
de Wall Street, el famoso Jueves Negro del
24 de octubre de 1929, dio comienzo a
una larga y profunda crisis internacional con la quiebra de la economía y la
Gran Depresión posterior. El futuro pintaba un muy negro panorama y las
perspectivas eran muy poco halagüeñas.
El doctor Shlomo
Ben Ami[2]
(1943) nos propone esta reflexión:
Desde la publicación en 1918
del primer volumen de La decadencia de
Occidente, de Oswald Spengler, las profecías sobre la muerte segura de lo
que llamó la “civilización fáustica”[3]
han sido un tema recurrente para los pensadores y los intelectuales públicos.
Se podría considerar que las crisis actuales en los Estados Unidos y en Europa,
consecuencia primordialmente de los fallos éticos inherentes al capitalismo de
los EEUU y a las deficiencias de funcionamiento de Europa, atribuyen crédito a
la opinión de Spengler sobre la insuficiencia de la democracia y a su rechazo
de la civilización occidental por estar impulsada esencialmente por una
corruptora avidez de dinero.
La caracterización
de Spengler sobre Occidente como una “civilización fáustica” se debe a la
relación que establece con el Fausto,
de Johann Wolfgang Goethe (1749-1832). A esta obra le dedicó 60 años de su
vida, entre las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del XIX. De esta
obra, nos dice Darío Oses[4]
(1949) «el doctor Fausto no sólo consigue honores, riquezas y placer sensual,
sino que se empeña en transformar el paisaje natural, y hace que Mefistófeles,
su asistente demoníaco, convoque ejércitos de trabajadores para construir
canales, diques y torres. Aquí se anuncia lo que hoy llamamos “globalización”:
el progreso que se extiende por todo el mundo, que fluidifica el intercambio de
bienes, tecnologías y servicios, y de paso aplasta paisajes y desintegra a las
comunidades que se apegan a formas de vida premoderna». Marshall Berman (1940)[5] lo
definió como la etapa de la “la tragedia del desarrollo”.
Es interesante la
referencia de Spengler, porque nos
permite pensar el tema propuesto desde un aspecto hoy bastante eclipsado por el
pensamiento económico, como veremos después. Su diagnóstico cayó en el olvido
después de la Segunda Guerra, por el aparente renacimiento del mundo occidental
y la recomposición del capitalismo
estadounidense, período que los franceses denominaron los treinta gloriosos, haciendo referencia a los años transcurridos
entre 1945 y 1975. Esos treinta gloriosos
comenzaron a declinar por una combinación de factores, de los que algo también
veremos más adelante y entre los cuales la llamada “Crisis del petróleo”[6] fue
un trascendental detonante. Más tarde, la llegada al gobierno británico de
Margaret Thatcher (1979-1990) y a la presidencia de los Estados Unidos de
Ronald Reagan (1981-1989) imprimió un giro hacia la imposición de políticas
neoliberales que ahogaron las viejas esperanzas de un mundo mejor.
Los pronósticos de
una decadencia de las expectativas de mejoras sociales comenzaron a emerger al
comprobarse las consecuencias de las políticas impuestas por el Consenso de
Washington[7]:
aumento de la desocupación, baja del poder adquisitivo de los trabajadores,
concentración de la economía y crecimiento del poder financiero, entre otras.
Este proceso hizo crisis en los años 2007/8 con lo que se llamó “el estallido
de la burbuja inmobiliaria”.
[1] Estudió matemáticas, ciencias naturales y economía. Su obra principal,
La decadencia de Occidente (dos
vols., 1918, 1922), tuvo muy pronto un enorme éxito entre el público.
[2] Político, diplomático y escritor israelí. Miembro del Partido
Laborista Israelí. Cursó estudios universitarios de Historia y de Literatura
hebrea en las universidades de Tel Aviv y Oxford. Llegó a ser el máximo
responsable del departamento de Historia de la universidad de Tel Aviv. Fue ministro
de Asuntos Exteriores de su país y segundo embajador en España. Actualmente es
vicepresidente del Centro Internacional de Toledo por la Paz (CIT).
[3] Se refiere al doctor Fausto, un mago medieval que pacta con el diablo:
le vende su alma a cambio de riqueza, poder y placer ilimitados.
[4] Escritor y periodista chileno, diplomado en la Escuela de Periodismo
de la Universidad de Chile.
[5] Filósofo y escritor estadounidense. Publicó el libro Todo lo sólido se desvanece en el aire,
considerado uno de los libros más influyentes del siglo XX, con el que logró
reconocimiento internacional.
[6] Comenzó en 1973, a raíz de la decisión de la Organización de Países
Árabes Exportadores de Petróleo (OPEP) de no exportar más petróleo a los países
que habían apoyado a Israel durante la guerra del Yom Kippur (llamada así por
la fiesta judía del Yom Kipur), que enfrentaba a Israel con Siria y Egipto.
Esta medida incluía a los Estados Unidos y a sus aliados de Europa Occidental.
[7] Se entiende por Consenso de Washington un listado de políticas
económicas, consideradas durante los años 90 por los organismos financieros
internacionales y centros económicos, con sede en Washington D.C., Estados
Unidos, como el mejor programa económico que los países latinoamericanos
deberían aplicar para impulsar el crecimiento.
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