Espero no se convierta ésta en una nota muy
pesada por la abundancia de citas. Sin
embargo, el tema es de tal gravedad, seriedad y profundidad, que es
imprescindible basarnos en la palabra de personas cuyos antecedentes permitan
establecer un cimiento sólido a esta investigación. Y esta necesidad se impone
porque tales afirmaciones deben enfrentar la prédica sesgada de los grandes
medios internacionales. David Brooks nos remite a otra personalidad
incuestionable, profesor consulto del Instituto Tecnológico de Massachusetts, una de las
diez mejores universidades de los Estados Unidos, Noam Chomsky:
Chomsky desde hace tiempo
advirtió que, en la práctica, hace tiempo que esto no puede considerarse una
democracia. Indica que sólo se tiene que observar que la cúpula política casi
siempre obra en contra de los intereses de las grandes mayorías, y que logra
esto manteniendo el disfraz de una democracia a través de una prensa
subordinada y la industria de relaciones públicas. En un discurso, la semana
pasada, Chomsky relata que algunas de las encuestadoras de mayor prestigio han
llegado a la conclusión de que “aproximadamente 70 por ciento de la población
–70 por ciento inferior en la escala de riqueza/ingreso– no tiene ninguna
influencia sobre las políticas (del país). Están efectivamente privados (de la
participación democrática). Al subir la escala de riqueza/ingreso uno tiene
cada vez más influencia sobre las políticas. Cuando uno está en la cima, lo que
es tal vez una décima parte del uno por ciento, la gente esencialmente obtiene
lo que desea, eso es, determinan las políticas. Entonces el término apropiado
para eso no es democracia; es plutocracia”.
Para definir la importancia de cómo funciona
el poder, recurre a la expresión de un prestigioso exprofesor de la Universidad
de Harvard (1927-2008), Samuel Huntington, quien lo definió como un principio
científico: «que el poder se mantiene fuerte cuando permanece en lo oscuro.
Expuesto a la luz del sol, empieza a evaporarse». La evidencia de lo sostenido
se apoya en que ya «no son sólo algunos periodistas furiosos e intelectuales
públicos de la talla de Chomsky quienes están advirtiendo que la democracia
estadunidense esta anulada».
Agrega después expresiones del expresidente del
Partido Demócrata, Jimmy Carter, quien al hablar en un foro a puerta cerrada el
mes pasado, abordó el tema del espionaje y las violaciones de derechos humanos
que implica. Según Der Spiegel, la
prestigiosa revista semanal de Europa y la más importante de Alemania, dijo «que
Estados Unidos no tiene una democracia funcional en este momento». En otra entrevista
de semanas antes, había afirmado públicamente: «Aunque Snowden violó la ley al
filtrar información secreta, yo pienso que la invasión de derechos humanos y la
privacidad estadounidense ha llegado a un punto extremo… creo que esta invasión
de privacidad ha sido excesiva».
Continúa la lista de citas provenientes de
personalidades respetables. Para el influyente comentarista afroestadunidense,
Tavis Smiley, escribió en el Washington
Post:
La pobreza está amenazando a
nuestra democracia; es ahora asunto de seguridad nacional. Como dijo (Martin
Luther) King, la guerra es el enemigo de los pobres… E igual como King vivió
bajo vigilancia constante, nuestro gobierno ahora parece estar espiando a todos
nosotros.
Otro destacado intelectual público, profesor
de Historia e investigador estadounidense de la Universidad de Míchigan, Juan
Cole, ofreció un comentario sencillo en su influyente blog Informed Comment:
Crear una dictadura requiere
hacer una lista incluyendo clasificar como secreto todo crimen gubernamental y
violaciones de la Constitución; espiar al público en violación de la
Constitución; “criminalizar aún más a denuncias (de abusos del gobierno) como
‘terrorismo’” y criminalizar como espionaje la revelación de crímenes de
espionaje del gobierno.
Termina su nota afirmando que la cúpula
política de los Estados Unidos repite constantemente que «todo lo que hace
tanto en el terreno de seguridad nacional como en sus políticas económicas y
sociales es en nombre de la defensa de la democracia y la libertad y del sueño
americano aquí y en el mundo». Y se pregunta: ‹‹ ¿Pero se puede defender la
democracia en secreto y actuando como si el pueblo y los defensores de las
libertades civiles y los disidentes fueran el enemigo?››.
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