El periodista Javier
Lewkowicz reprodujo un ejemplo del profesor que muestra cómo se receta lo que
los países centrales no están dispuestos a hacer:
“En Estados Unidos y Europa
no seguimos las reglas capitalistas, porque tuvimos rescates masivos al sistema
financiero. Los bancos aterrorizaron a los gobernantes, diciendo que sin rescates
se habría acabado el capitalismo. Pero eso habría sido bueno, porque se hubiese
terminado esa forma de mal capitalismo”, criticó Stiglitz. En la misma línea, Cristina
Fernández de Kirchner analizó luego “lo que se está haciendo ahora, restringir
el consumo y que la gente no tenga para comprarse la heladera, el auto o la
casa, no es capitalismo. Hay una distorsión, se pasó de concebir en el eje a la
producción para reemplazarlo por el capitalismo de banqueros”.
El profesor
advirtió que el problema de la deuda es el síntoma de distorsiones más profundas:
“En gran medida, la crisis
está causada por una estructura económica con fallas fundamentales. El formato
actual, el diseño de la Eurozona, no funciona”.
Al abordar la
respuesta frente a la crisis, la similitud con Argentina se convierte en un
contraejemplo:
No
aprendieron de Argentina. Y el resultado es que aplicaron un conjunto de
políticas que empeoraron las cosas rápidamente. Cuando empezó la crisis, Grecia
tenía un nivel de deuda del 110 por ciento al PIB y luego pasó al 250 por
ciento. Bajaron el Producto, matando a la economía y subieron la deuda a través
de intereses altos.
Demasiados países
respondieron a la crisis con políticas de austeridad. La lógica que utilizan es
que la deuda es el resultado de gastar demasiado. Por
eso, la solución es gastar menos. Sin embargo, España, por ejemplo, estaba en
posición de superávit antes de la crisis. La debacle fue la que causó el
déficit y no al revés. Europa está confundida con este tema de la
austeridad. Generan un problema de falta de demanda agregada. Si recorta
gastos el gobierno, baja la demanda y sube el desempleo. Como baja la
producción, bajan los ingresos. La austeridad hace más pobre la economía. Los
beneficios del ajuste fiscal son siempre una desilusión. No existe economía que
se haya recuperado con austeridad. (Subrayados
RVL)
El Premio Nobel
explicó que Argentina actuó de otro modo: modificó el tipo de cambio y
reestructuró la deuda para salir de la crisis. Si hubiera tomado sólo una de
esas medidas, no lo habría solucionado. Europa debería aprender la misma
lección. Finalizó con otro elogio:
Argentina mostró que no fue
fácil, pero que es posible responder a la crisis. Que si se gestiona este
proceso bien, la economía tiene posibilidades de seguir adelante. (Subrayados
RVL)
Lo que llama la
atención es la diversidad de criterios para publicar la opinión de los gurúes
de la economía: Sin embargo, esta vez no se trataba de uno de los tantos que
desfilan por las radios y los canales de televisión. Quien no visitó tiene
sobrados pergaminos para obligarnos a prestar atención sobre sus palabras.
Porque, además, lo que dijo en nuestro país lo repite en los centros económicos
más importantes. Por este tipo de afirmaciones se lo invita a exponer en los
foros económicos más importantes del mundo.
No deberíamos
preguntarnos cuál es la razón por la cual sus palabras no hayan sido publicadas
por los medios concentrados justo aquí, el país que él pone como ejemplo de un
modo acertado de salir de la crisis, en el momento en que la zona europea se
precipita por una pendiente peligrosa. Es que esos medios responden a los
intereses de los que lucran con ese tipo de disloque económico y financiero.
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