miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Qué se dice de Argentina? La importancia de la opinión de los expertos III



El periodista Javier Lewkowicz reprodujo un ejemplo del profesor que muestra cómo se receta lo que los países centrales no están dispuestos a hacer:
“En Estados Unidos y Europa no seguimos las reglas capitalistas, porque tuvimos rescates masivos al sistema financiero. Los bancos aterrorizaron a los gobernantes, diciendo que sin rescates se habría acabado el capitalismo. Pero eso habría sido bueno, porque se hubiese terminado esa forma de mal capitalismo”, criticó Stiglitz. En la misma línea, Cristina Fernández de Kirchner analizó luego “lo que se está haciendo ahora, restringir el consumo y que la gente no tenga para comprarse la heladera, el auto o la casa, no es capitalismo. Hay una distorsión, se pasó de concebir en el eje a la producción para reemplazarlo por el capitalismo de banqueros”.
El profesor advirtió que el problema de la deuda es el síntoma de distorsiones más profundas:
“En gran medida, la crisis está causada por una estructura económica con fallas fundamentales. El formato actual, el diseño de la Eurozona, no funciona”.
Al abordar la respuesta frente a la crisis, la similitud con Argentina se convierte en un contraejemplo:
No aprendieron de Argentina. Y el resultado es que aplicaron un conjunto de políticas que empeoraron las cosas rápidamente. Cuando empezó la crisis, Grecia tenía un nivel de deuda del 110 por ciento al PIB y luego pasó al 250 por ciento. Bajaron el Producto, matando a la economía y subieron la deuda a través de intereses altos.
Demasiados países respondieron a la crisis con políticas de austeridad. La lógica que utilizan es que la deuda es el resultado de gastar demasiado. Por eso, la solución es gastar menos. Sin embargo, España, por ejemplo, estaba en posición de superávit antes de la crisis. La debacle fue la que causó el déficit y no al revés. Europa está confundida con este tema de la austeridad. Generan un problema de falta de demanda agregada. Si recorta gastos el gobierno, baja la demanda y sube el desempleo. Como baja la producción, bajan los ingresos. La austeridad hace más pobre la economía. Los beneficios del ajuste fiscal son siempre una desilusión. No existe economía que se haya recuperado con austeridad. (Subrayados RVL)
El Premio Nobel explicó que Argentina actuó de otro modo: modificó el tipo de cambio y reestructuró la deuda para salir de la crisis. Si hubiera tomado sólo una de esas medidas, no lo habría solucionado. Europa debería aprender la misma lección. Finalizó con otro elogio:
Argentina mostró que no fue fácil, pero que es posible responder a la crisis. Que si se gestiona este proceso bien, la economía tiene posibilidades de seguir adelante. (Subrayados RVL)
Lo que llama la atención es la diversidad de criterios para publicar la opinión de los gurúes de la economía: Sin embargo, esta vez no se trataba de uno de los tantos que desfilan por las radios y los canales de televisión. Quien no visitó tiene sobrados pergaminos para obligarnos a prestar atención sobre sus palabras. Porque, además, lo que dijo en nuestro país lo repite en los centros económicos más importantes. Por este tipo de afirmaciones se lo invita a exponer en los foros económicos más importantes del mundo.
No deberíamos preguntarnos cuál es la razón por la cual sus palabras no hayan sido publicadas por los medios concentrados justo aquí, el país que él pone como ejemplo de un modo acertado de salir de la crisis, en el momento en que la zona europea se precipita por una pendiente peligrosa. Es que esos medios responden a los intereses de los que lucran con ese tipo de disloque económico y financiero.

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