Amigo lector: he presentado una forma sencilla de entender un poco cómo funciona la telaraña que se expande por sobre el planeta en una red de negocios de cualquier tipo. Dentro de esa red, como un instrumento de control de la opinión pública, están los grandes grupos mediáticos. Habíamos quedado en que lo que se ha presentado como una disputa entre Gobierno y Clarín debe ser pensado dentro de este cuadro mayor de salvajes intereses internacionales. El último eslabón de nuestro recorrido nos dejó frente al Grupo Goldman Sachs. Intento pintar con trazo grueso, caso contrario demandaría miles de hojas, de qué se trata esa institución. Comencemos por consultar la Wikipedia:
El Grupo Goldman Sachs (The Goldman Sachs Group, Inc.) o simplemente Goldman Sachs (GS) es uno de los grupos de inversión más grandes del mundo. Tiene cerca de un siglo y medio de existencia. Durante la crisis financiera de los Estados Unidos de 2008 y ante la posibilidad de enfrentar la bancarrota, el 21-9-08, Goldman Sachs recibió autorización de la Reserva Federal (FED) para dejar de ser un Banco de inversión y convertirse en un Banco comercial. Fue el detonador de la crisis financiera global.
El 16-4-10 la Comisión del Mercado de Valores de los Estados Unidos acusó a Goldman Sachs de fraude con las hipotecas subprime (“basura”). Desde entonces, nos hemos enterado de que tuvo un papel central a la hora de ayudar a Grecia a ocultar el déficit presupuestario de su gobierno a la Unión Europea, los mercados financieros y la opinión pública en general.
Carlos Enrique Bayo, redactor-jefe de “Internacionales”, del diario Público, de España, nos ofrece esta reflexión: «Tan obsesionados andamos con la deuda soberana, la crisis del euro y la recesión del ladrillo, que nos hemos olvidado de los que están mucho peor que nosotros: los mil millones de personas que cada día se acuestan con hambre. Pero pocos saben que uno de los principales motivos de ese sufrimiento mundial –y de que cinco millones de niños mueran por malnutrición cada año en el Tercer Mundo– es la ingeniería financiera con la que los “tiburones” de Wall Street transformaron los mercados de materias primas en una ruleta bursátil, para seguir enriqueciéndose. En realidad, a los primeros que se les ocurrió tan estupenda idea fue a los banqueros neoyorquinos de Goldman Sachs, quienes, ya en 1991, crearon un nuevo instrumento especulativo, un índice de 18 productos alimenticios básicos para que los operadores de Bolsa pudieran también jugar en lo que hasta entonces era un mercado especializado».
No puede ponerse en duda la inteligencia creativa de los altos funcionarios de ese Banco, por los logros que nos señala: «El resultado fue tan espectacular como ignorado por políticos y ciudadanos: en sólo cinco años, las posiciones de los fondos en el mercado de materias primas pasaron de 13.000 a 317.000 millones de dólares. Esa tremenda multiplicación especulativa buscaba, por supuesto, que los precios de esos productos básicos se disparasen, para obtener pingües beneficios con los astronómicos márgenes entre lo que se paga a los agricultores (fijado de antemano e invariable) y lo que se acaba cobrando a los consumidores».
El Dr. José Nun escribe en el diario La Nación (31-1-2012) un análisis comparativo de cómo se intentó resolver la crisis de 1929/30 con lo que se está haciendo hoy, con el siguiente comentario: «Las crisis de 1929/30 y la actual son el fruto de procesos salvajes de acumulación capitalista. Por ejemplo, desde los años 70 hasta ahora, el capital de Goldman Sachs, una de las grandes corporaciones con fuerte responsabilidad en las dos crisis, aumentó más de 1400 veces. Tanto que una de las soluciones principales que permitieron salir de la de 1929/30 fue una disminución considerable de la desigualdad, si bien con características muy distintas, según el lugar. No hay que olvidarse, por ejemplo, que en los Estados Unidos el presidente Roosevelt terminó aumentando los impuestos a los ricos, en un 90%. Pero no es esto lo que está ocurriendo ahora en los países desarrollados. Peor aun: mediante los planes de ajuste que se vienen aplicando crecen la pobreza y la desigualdad en nombre de una supuesta "austeridad expansiva" que profundiza la crisis y malencubre el enorme poder que conservan los culpables del desastre. Para seguir con el ejemplo, tanto los Secretarios del Tesoro de Clinton y de Bush como los actuales Primeros Ministros de Grecia o de Italia han sido ejecutivos de Goldman Sachs. Por eso, el futuro se vuelve más impredecible que nunca, y despierta tanta aprensión».
Europa está asistiendo hoy a un desfile de nuevas caras en primera línea política y económica. El público se ha encontrado de frente con los rostros de Mario Draghi, Lucas Papademos y Mario Monti, los nuevos líderes del Banco Central Europeo, el Gobierno griego y el Ejecutivo italiano, respectivamente. Se trata de tres economistas de más de sesenta años, con formación en prestigiosas universidades estadounidenses y con un perfil bajo que facilita el consenso en torno a sus nombramientos: los tres han sido funcionarios de Goldman Sachs. ¿Está claro? Espero haber podido responder a la pregunta inicial.
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