La década de los
sesenta y setenta puso en el primer nivel del escenario internacional a un
sector de la población que había recibido poca atención de los investigadores y
los periodistas. Tal vez, dos acontecimientos que se produjeron sobre el final
de los sesenta catapultaron a los jóvenes a la primera plana de los diarios:
Uno fue lo que se
ha conocido como Mayo francés o Mayo del 68: una cadena de protestas que
se llevaron a cabo en Francia y, especialmente, en París durante los meses de
mayo y junio de 1968. Esta serie de protestas fue iniciada por grupos
estudiantiles de izquierdas contrarios a la sociedad de consumo, a ellos se
sumaron posteriormente grupos de obreros industriales. La magnitud de las
protestas no había sido prevista por el gobierno francés, y puso en una muy difícil
situación al gobierno de Charles
de Gaulle, que llegó a temer una insurrección de carácter revolucionario
tras la extensión de la huelga general.
Un año después el
festival de música y arte de Woodstock (Woodstock: 3 Days of Peace & Music)
fue uno de los festivales de rock que congregó gran cantidad de jóvenes y de
los hippies más famosos de la historia. Tuvo lugar en una granja de Bethel,
Nueva York, los días 15, 16, 17 y 18 de agosto de 1969. Los cálculos hablan de
una concurrencia entre 400.000 y 500.000 de jóvenes reunidos allí. Los hippies
estaban en contra de la guerra de Vietnam, por lo que Jimi Hendrix[1]
(1943-1970) tocó el himno estadounidense solamente con una guitarra eléctrica
como signo de protesta a los comportamientos bélicos del gobierno. Los ideales que
los convocaban eran: el pacifismo, el amor libre, la vida en comunas, el
ecologismo y el amor por la música y las artes.
En América Latina
la politización de ciertos sectores de jóvenes radicalizó sus propuestas
emprendiendo algunos la lucha armada como camino para la construcción de una
sociedad más justa. Se puede decir que este salto de la juventud a aparecer en
las noticias internacionales marcó una entrada en ese escenario no prevista
pocos años antes. Los procesos militares apuntaron la represión sobre ellos con
una saña y criminalidad que tampoco era prevista para entonces.
Las décadas
siguientes fueron testigos de una sistemática despolitización de los sectores
juveniles como consecuencias del terror a que fueron sometidos grandes sectores
de la población. El terror fue el arma que se utilizó para el logro de ese
propósito.
Esta introducción
es útil para leer una nota del prestigioso académico y periodista español,
Marcos Roitman Rosenmann[2]
(1955), que publicó en La Jornada de México el 14-07-2012, en la cual se
detiene en el análisis de la situación en que se encuentran los jóvenes ante
este mundo globalizado. Allí nos dice:
En todo informe que se precie, cuando se
analiza la juventud del siglo XXI, se destaca su elevado nivel de formación. Se
le atribuye estar mejor capacitada y tener, dado la evolución informática, una
visión del mundo de la cual carecían sus homólogas del siglo XX. Los adelantos
tecnológicos les brindan estar en las redes sociales y gozar de una
comunicación horizontal, más democrática y abierta con una velocidad de
vértigo. Vivir al instante lo que sucede en el mundo. Asimismo, se le adjudican
comportamientos inherentes a su tiempo, ser emprendedores, independientes,
decididos y sobre todo competitivos. Asimismo, estadísticas publicadas por
organismos internacionales como la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), subrayan la disminución del analfabetismo y la baja
deserción escolar en las últimas décadas. Tal circunstancia se refleja en un
aumento de la juventud que desea seguir estudios universitarios y de posgrado,
lo cual abre un abanico de oportunidades para los jóvenes, ávidos de
incorporarse al mundo laboral. Cada vez son más los jóvenes que culminan con
éxito sus ciclos escolares.
Señala que América
Latina está incorporando una proporción creciente de estudiantes que obtienen
diplomas, obligando a las universidades a diversificar su oferta. Se está
produciendo una revolución educativa en todos los sentidos. El mercado laboral
en un orden "globalizado" impone mayores exigencias que obligan a los
jóvenes a redoblar esfuerzos para ingresa en un mercado más competitivo y han
interiorizado el mensaje y se han puesto a funcionar, la consigna es: “Todos
contra todos”. Nuestro autor avanza:
Sin embargo, la crisis actual los ha dejado
varados. Sus esperanzas se han frustrado, no pueden realizar sus sueños y
sienten frustración. El relato del neoliberalismo se desvanece y resulta ser un
espejismo. ¿Y ahora qué hacemos con una juventud formada, deseosa de comerse el
mundo, a la cual se le cierran las puertas? Sus padres invirtieron en
educación, como un activo para que pudiesen vivir mejor, progresar y ser
miembros de una exitosa clase media consumista. Pero el capitalismo depredador
les da un baño de realidad y les indica que su futuro es incierto y poco
gratificante. Ante tal fraude, la juventud se indigna, sale a la calle,
protesta, toma las plazas y demanda ser atendida en sus reivindicaciones. El
considerado factor diferenciador, su mejor formación, se constituye en una dificultad
y, a veces, en un hándicap: La escasez de empleo les hace bajar sus
expectativas y contratarse en cualquier cosa. Los ejemplos son muchos.
[1] Es considerado y citado frecuentemente por varios artistas y por
varios críticos y la prensa en general como el más grande guitarrista de la historia
del rock and roll, además de ser uno de los mayores innovadores y más
influyentes artistas en una gran cantidad de géneros.
[2] Doctor
en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de
Madrid. Profesor Titular en las materias
Estructura Social América latina;
Estructura social Contemporánea; y Estructura social de España en la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
Colaborador habitual del Periódico La
Jornada de México; Clarín de Chile; Correo del Orinoco de Venezuela y Le Monde
Diplomatique edición España.
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