miércoles, 17 de octubre de 2012

Joseph Stiglitz nos muestra el mundo de hoy IV



Premio Nobel, es profesor de Economía en la Universidad de Columbia. Su último libro es El precio de la desigualdad: cómo la división actual de la sociedad pone en riesgo nuestro futuro.

Lo que sale de las investigaciones es que en el transcurso de los últimos treinta años los Estado Unidos se han convertido en un país dividido: «la clase alta ha progresado rápidamente y el país ha retrocedido. Los salarios bajos aumentaron en treinta años un 15% mientras que los del 1% del nivel superior aumentaron un 150%. Esta situación es aún más flagrante si observamos la distribución de los ingresos del capital».
En todo su libro, Stiglitz insiste sobre la tesis de que las desigualdades son causa de inestabilidad económica y con sus datos y sus análisis derrota los argumentos de quienes hacen la apología de la desigualdad como base del crecimiento, según la tesis de la «economía del derrame» porque eso no funciona así, como ya vimos. Nuestra periodista agrega:
Por el contrario los efectos nefastos de las desigualdades son claros: descenso del nivel de vida, consecuencias de deterioro de la salud, la de educación, de la vivienda, deterioro de las relaciones sociales entre los jóvenes ya adultos atrapados en la casa de sus padres… el mito de unos Estados Unidos justos y con igualdad de oportunidades se muestra sin eufemismos. El libro didáctico y voluntariamente dirigido al gran público permite comprender –aun cuando uno no sea muy ducho en economía – los diferentes mecanismos y sus perversos efectos. Es cierto que Stiglitz se apoya en muchos ejemplos usamericanos pero, por otra parte, no se priva de mostrar que más allá de los EE.UU. las limitaciones del actual sistema afectan a numerosos países comenzando por los europeos. Porque las mismas recetas generan los mismos males, aunque si bien es cierto en Francia se disfruta aún hoy de un sistema de redistribución un poco más logrado que el sistema estadounidense.

La Democracia en peligro
Es importante tener en cuenta que los EE.UU. han jugado un papel central en la creación de las actuales reglas de juego del mercado global, que suponía la democratización del mundo pero que ocultaba el propósito oculto de su dominio, por lo que ha fracasado. La globalización tal como se mostró, tras la pretensión de la eficiencia administrativa para facilitar el progreso, no sólo no lo logró sino, lo que es mucho más grave, «está poniendo en peligro a la democracia». Este es seguramente uno de los puntos más importantes de la tesis del profesor. Precisamente Una democracia en peligro, es el título del capítulo nº 5:
La actual desigualdad existente en los EE.UU. y en muchos otros países del mundo nació o ha sido mantenida por las abstractas fuerzas del mercado y fortalecida por la política. Es por eso que la batalla la ha ganado el 1%. Pero no es esto lo que debiera suceder en una democracia, en la que el 100% de los ciudadanos deberían participar del sistema “una persona = un voto” mientras que en la realidad sucede, como él lo recuerda “un dólar = un voto”. La política establece las reglas de juego de los mercados y ese juego esta sesgado a favor del 1%.
Sostenido por los intereses de la globalización financiera los griegos pagaron un muy costoso precio: «se los privó de participar de un referéndum sobre el programa de drástica austeridad, dado que los dirigentes y los financistas pusieron el grito en el cielo ante esa idea.
Pero sobre todo, el control de los mercados financieros no se produce solamente con los países endeudados sino en todos aquellos que quieren ganar en el mercado de capitales. Y aunque haya elecciones libres, los mercados imponen sus leyes mediante chantajes (baja de la calificación, nada de créditos, aumento sobre los préstamos de las tasas de interés…) La elección de opciones económicas es limitada. Y vale la pena recordar como en los años 90 Lula pudo haber sido electo en Brasil, pero Wall Street lo objetó (chantaje de por medio). Pero en el 2002, los brasileños no se dejaron cooptar y de todas maneras eligieron a Lula.

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